tribuna

El comentario de Martín Rivero

El comienzo de este mes de marzo ha sido muy triste. El pasado martes 14 falleció una de las personas más importantes en mi vida profesional y cuya amistad llevé casi hasta lo familiar. Se me han venido a la cabeza innumerables recuerdos con él. En el genuino, histórico e irrepetible Radio Club Tenerife, en La Gaceta de Canarias, en los conciertos Son Latinos, en el Festival Mumes, en numerosos y multitudinarios conciertos, amén de en nuestras citas anuales en mi casa con la Champions del Real Madrid. El pasado miércoles 15, ya lo eché de menos en el partido ante el Liverpool. Martín ya no estuvo en el sofá delante del televisor ese día. Precisamente, ahí se me vino la idea de intentar publicar ahora un artículo que le escribí hace seis años, en verano de 2017, con motivo de la exposición fotográfica Ciudadanos del Mundo en Arona, donde Martín me encargó que hiciera 40 perfiles a otras tantas personas de nacionalidades distintas, entrevistándome con tod@s ell@s. Así quise mostrarle mi gratitud por todo lo bueno y edificante que había hecho por mi sin merecerlo. Decía así: Me van a permitir que les hable y les comente lo que ha sido mi experiencia personal y profesional durante el pasado mes de junio (2017) y lo que se lleva de julio. Y todo en relación a haber podido trabajar, colaborar y convivir junto a un grupo de profesionales, algunos de ellos muy buenos amigos, con quienes he compartido algunas horas ciertamente enriquecedoras en todos los aspectos.

Para empezar, el nombre propio del titular de este artículo de opinión, Martín Rivero. Fue él, junto a su hermano Carmelo, quienes hicieron posible mi primer contrato profesional en un medio de comunicación (La Gaceta de Canarias). Curiosidades de la vida han posibilitado que, en el apartado profesional (la amistad perdura en el tiempo), El Comisario Rivero haya vuelto a cruzarse en mi trayectoria periodística. Cuando me encargó la idea de realizar una serie de entrevistas a un total de cuarenta ciudadanos extranjeros residentes en Arona, me di cuenta de que era una oportunidad que no podía dejar escapar. No solo por la situación personal en lo laboral, sino también por lo que suponía abarcar otros campos distintos a los habituales en los que me movía. La coletilla de “El comentario de…” viene de muchísimo tiempo atrás. Dada la amistad que nos une desde hace treinta años, siempre repetimos la frase que hace alusión al famoso Comentario de Carmelo Rivero, su hermano, por aquello de su diaria colaboración y aportación periodística, durante más de treinta años, en Radio Club Tenerife.

Cualquier anécdota, noticia, curiosidad o chorrada que decimos en conversaciones distendidas, siempre lleva detrás lo de “El comentario de…”. Evidentemente, el nombre ha ido cambiando de dueño para hacerse partícipe de sus ideas, aportaciones y proyectos. En el Festival Músicas Mestizas y + 2017, Martín Rivero ha venido desarrollando una impresionante labor. Bajo su dirección, un equipo de jóvenes y no tan jóvenes entusiastas profesionales, que disfrutan de un trabajo bien hecho y perfectamente organizado, ha sido capaz de sacar adelante una serie de actividades, cuyo objetivo es tratar de dinamizar y crear un entorno capaz de albergar a miles y miles de personas. En la exposición fotográfica Ciudadanos del Mundo en Arona, Martín Rivero se ha sabido rodear de una corporación aronera, la encabezada por el alcalde José Julián Mena, y por un equipo al que me he atrevido a denominar, con cariño y un enorme respeto, La Banda de Pol. Desde un primer momento, el concejal de Cultura, Educación y Transporte del Ayuntamiento de Arona, Leopoldo Díaz, puso en funcionamiento a un fenomenal equipo de trabajo, donde Manolo Montero, Dámaso Rodríguez y Horacio Rodríguez pusieron todo su empeño en facilitar la labor de localización de cuatro decenas de ciudadanos foráneos, cada uno de un país de origen diferente y que hicieron mucho más fácil el trabajo. Hubo más personas, por supuesto, a quienes agradezco su ayuda. No puedo dejar de citar al constructor gomero Agustín Marichal, amigo fiel donde los haya. Con su fuerza, vitalidad y energía se convirtió en un verdadero ventolera, capaz de encontrar a un foráneo residente en cualquier rincón del municipio aronero. Y qué decir de mi estimada Eva Luz Cabrera, un grato hallazgo en lo personal y una confirmación en cuanto a su capacidad profesional.

Por todo ello, no me queda más que repetir lo de “El comentario de Martín Rivero” como muestra de mi total y sincero agradecimiento por confiar y apostar por mí. Gracias, Comisario Rivero. P.D.: Me queda una duda, Martín. ¿Seré capaz de escribir esta historia de casi dos meses de complicidad? El siguiente capítulo podría ser Juan Luis Guerra y Orishas. Un mes de marzo para olvidar, pero también para no dejar de pensar en un grandísimo amigo, compañero y maestro. Cuánto te echaremos de menos, amigo Martín. El Comentario de Martín Rivero.

TE PUEDE INTERESAR