El debate acerca del turismo, sobre la masificación y calidad de este, está en boca de todos. Desde que Lanzarote reconociera que quería hacer un esfuerzo por encontrar un turismo de mayor calidad, lo cierto es que desde una web inglesa ha surgido la polémica por algunos turistas que visitan Canarias.
En la plataforma para padres Mumsnet, una mujer explicó que durante unas vacaciones de dos semanas en Tenerife “observó un comportamiento bastante malo” en varias ocasiones por parte de turistas británicos.
Explicó que el hotel en el que se alojó “no solo había turistas británicos” pero que estos eran los que tenían un comportamiento “desagradable y estúpido” que “llamaba mucho la atención.
Tras su publicación, un grupo importante de usuarios reconocieron que era una situación “muy vergonzosa y fuera de lugar”, señalando que, incluso ellos, intentan buscar destinos en los que no vaya un gran público británico. Es cierto que otros insistían en que algunos destinos están “encantados” con ese turismo.
La mujer fue muy clara: ‘No me sorprende que algunas islas no quieran a algunos turistas que visitan Canarias, sobre todo a algunos británicos. Acabo de pasar dos semanas en Tenerife y observé situaciones muy desagradables, con gente muy borracha”.
Esta turista quiso hacer hincapié en que, en su caso, eran turistas británicos los que provocaron problemas: “Es un resort que visitan parejas, familias y turistas de toda Europa, de muchas nacionalidades. No es un hotel para despedidas de soltero y soltera, sino familiar, pero los que dieron la nota fueron los ingleses”.
La mujer, además, quiso poner algunos ejemplos: “Jóvenes borrachos a la hora de la cena que daban voces y decían muchas palabrotas con niños delante. Chicas de una despedida de soltera que se dedicaban a subirse al mobiliario del hotel, con muchos gritos o gente que se emborrachó viendo el fútbol mientras gritaba e insultaba”.
Otras personas, por ejemplo, respondieron que todo ese turismo “impulsa las economías locales” mientras que recalcaba que Tenerife es “un destino de fiesta y despedidas de soltero”.
El otro punto de vista fue el de residentes británicos en Tenerife. Uno de ellos admitía que “durante la pandemia se echó mucho de menos el turismo” pero que “las actitudes agresivas” no es “lo que quiere la Isla”. “Esa forma de divertirse, desde luego, no impulsa ninguna economía”, insistía.
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