Ya es una realidad. Canarias ha vuelto como destino turístico estrella. Si antes de la pandemia las Islas estaban batiendo todos los récords de visitantes (nada menos que 15,9 millones en 2019), ahora regresan al panorama turístico con más fuerza. Ni la elevada inflación, que ha incrementado los precios de la hostelería en el 24%, ni el alza de los combustibles, que también ha subido los precios de los billetes, ni tampoco la guerra de Ucrania, han frenado a los turistas, quienes, a pesar de todo, siguen teniendo ganas de viajar. Esto ha hecho que el Archipiélago no solo cuente para estos días con cifras iguales e incluso superiores a las de 2019, sino que además sea elegido como destino favorito en Europa.
Con los datos en la mano, la mayoría de las islas han sobrepasado el 90% de ocupación hotelera, destacando islas como La Palma o La Gomera, que prevén el 95% de lleno. Esto no es solo para hoteles, los establecimientos de turismo rural y de alquiler vacacional también rozan el completo.
Las previsiones de tráfico aéreo en los aeropuertos canarios esta Semana Santa apuntan a una recuperación del tránsito anterior a la pandemia. Aena prevé un total de 12.977 operaciones para este año, frente a las 12.344 registradas en el mismo periodo festivo de 2019. Estos días, entre el Jueves Santo y el próximo lunes, los aeropuertos canarios operarán 5.900 vuelos, lo que supone un incremento del 6,49% en relación a 2019, año prepandemia en el que hubo 5.540 operaciones.
Del total de vuelos que prevé operar Aena en estos cinco días, 3.328 son nacionales, mientras que 2.572 tienen carácter internacional. En lo que resta de los días de Semana Santa, será mañana cuando más vuelos se espera que operen en los aeropuertos de Canarias, en concreto se estima que alcancen los 1.417, seguido del domingo, que se situarán en 1.276.
En cuanto a los establecimientos hoteleros y extrahoteleros de Canarias, prevén una Semana Santa con una ocupación media del 80% en las islas de la provincia de Las Palmas, salvo en la de Fuerteventura, donde se espera como mínimo el 90%, mientras que en las de Santa Cruz de Tenerife se situará por encima del 80%. Un lleno casi absoluto que nos regresa a épocas anteriores a la pandemia. El presidente de Ashotel, Jorge Marichal, ya lo dijo esta semana: “Esperamos que 2023 sea el año de la consolidación del sector”. No obstante, los hoteleros no quieren lanzar las campanas al vuelo y dicen que todavía no se puede hablar de recuperación turística “completa”, teniendo en cuenta que existen algunos mercados que están “prácticamente cerrados o con poco movimiento”.
El británico sigue siendo nuestro mercado estrella y más fiel. Y a pesar de que los precios se han elevado en todo lo que es el sector de la hostelería, Canarias sigue siendo uno de los destinos más baratos para pasar las vacaciones. El presidente de la patronal cifró en el 16% la subida en el área de comida y bebida, a lo que se suman los costes energéticos, que en algunos meses han bajado, pero que en otros se han llegado a triplicar. También hay que tener en cuenta que los efectos de la reforma laboral y los sucesivos convenios colectivos que se han mejorado afectan, asimismo, a la economía de escala de costes de la actividad hotelera.
Según Simon-Kucher, consultora de estrategia y marketing, Canarias y Baleares son los destinos más baratos para viajar esta Semana Santa, con precios por debajo de los 100 euros por noche. Todo ello cuando los precios hoteleros de los principales destinos turísticos españoles se sitúan en 183 euros de media por noche, unos precios el 40% más caros que el pasado año. Ciudades con arraigada tradición en estos días, como Sevilla y Málaga, lideran el ranking de tarifas en Semana Santa, superando la barrera de los 300 euros, con ocupaciones cercanas al 90% en estas fechas.
El turismo continúa, por tanto, por la senda de una recuperación imparable que los empresarios esperan que se prolongue al verano y cerrar así el año con cifras récords.
Los pasajeros pueden reclamar la devolución íntegra de dinero
Un aluvión de viajes puede provocar alguna que otra cancelación, por lo que el pasajero debe conocer bien sus derechos para saber qué hacer si sufre alguno de los problemas que puede tener en su trayecto: retrasos, cancelaciones o pérdidas de equipaje, entre otros inconvenientes. Cuando un vuelo es cancelado o a un pasajero se le deniega el embarque, las aerolíneas deben ofrecer un vuelo alternativo. En el caso de viajes nacionales, la aerolínea puede ofrecer un billete de tren. En cualquiera de los dos casos, el pasajero puede decidir rechazar la alternativa y pedir la devolución del importe completo del billete.
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