La Vargas Blues Band, el proyecto permanente del guitarrista de blues y rock Javier Vargas, actúa la próxima semana, el 5 de mayo (20.00 horas), en Tenerife, en el Teatro El Sauzal. El artista madrileño, con una biografía que desde la infancia incluye paradas en Argentina, Venezuela y Estados Unidos, llega a la Isla con dos discos bajo el brazo: Stoner night y Stoner night, volume 2. Este último saldrá oficialmente a la venta el 15 de mayo. “Cada nuevo álbum es como celebrar la vida y la música, detrás de estos dos nuevos proyectos hay muchas vivencias plasmadas. Estos 20 temas son como una catarsis creativa que convierte lo bueno y lo malo en una explosión de sonido”, había señalado el artista a propósito de este lanzamiento.
Ahora, con motivo de su concierto en el norte de Tenerife, DIARIO DE AVISOS ha tenido la oportunidad de entrevistar a Javier Vargas, quien llegará a la Isla acompañado de John Byron Jagger (voz), Luis Mayo (bajo y voz) y Jota Marsán (batería). Las entradas se pueden adquirir en Tickety.es y en la taquilla del teatro.
-‘Stoner night’ y ‘Stoner night, volume 2’. ¿Grabar un doble álbum tiene más de desafío, de ir contracorriente, de celebración o de regalo y, quizás también, de autorregalo?
“La creatividad no tiene límites. La vida es muy corta y cuando ya no esté quiero haber dejado un legado de música de verdad: blues, rock, jazz, fusión o lo que vaya saliendo en cada momento. Ya son 28 álbumes publicados. No sigo estrategias de marketing. La música es mi pasión y estos dos discos quieren ser un regalo a mis seguidores. Cuando un corazón habla, otro le escucha”.
-En una industria musical que hoy apuesta por la promoción de los temas uno a uno en sus reproducciones y descargas digitales, ¿cómo han entendido usted y la banda este proyecto musical de mayor recorrido?
“Si nos remontamos a principios de los 60, cuando salieron The Beatles, The Rolling Stones, The Kinks y tantos otros, es así como se manejaba la industria, single tras single, y después el álbum. Dentro del modelo mainstream, se repite esa manera de seducir al público. Una canción puede poner a un artista en la cima del éxito y, si sabe manejarlo, tener mucho. Aunque para esto no hay una fórmula: el que tiene la última palabra es el público. El negocio de la música, en cuanto a editar un single o un álbum, se ha democratizado, pero hay tanta competencia que al usuario consumidor de música le ayudan las playlists. Es ahí donde ir single por single ayuda”.
“Los discos ‘Stoner night’ y ‘Stoner night, vol. 2’ son un regalo a mis seguidores; cuando un corazón habla, otro le escucha”
-Del ‘blues’ y del ‘rock’ se puede decir, entre otras muchas cosas, que las modas y los estilos musicales llegan y pasan, pero ellos nunca dejan de estar presentes. ¿Qué encontró Javier Vargas cuando escuchó por primera vez esta música y qué busca hoy trasmitir al interpretarla?
“El blues y el rock son músicas que revolucionaron el mundo. Pero esa revolución no ha acabado. Soy un músico de la vieja escuela que busca emocionar, transmitir a través de cada nota el viaje que ha hecho durante varias décadas. Desde principios de los 70, que fue cuando empecé a tocar. Desde entonces, no he parado”.
-¿Y qué la hace atemporal?
“Lo auténtico prevalece”.
-El 5 de mayo estará en Tenerife, para ofrecer un concierto en El Sauzal. ¿Qué supone para usted la experiencia de subirse a un escenario para compartir la música ante el público?
“Tengo muchas ganas de estar en El Sauzal. Vamos a presentar en concierto el nuevo doble álbum, Stoner night, y es muy motivador poder ver la reacción del público. El primer volumen apenas lleva un mes en el mercado y está teniendo un gran éxito. Estoy muy agradecido a los seguidores de Vargas Blues Band. Esto no ha hecho nada más que empezar. En Tenerife tocaremos estos nuevos temas para nuestra gente”.
“Tras la pandemia se valoran mucho más las cosas, se ha perdido la inocencia. Aunque yo la perdí hace mucho tiempo”
-La pandemia nos hizo apreciar cosas que antes dábamos por descontado, como eso de acudir a un lugar y estar dispuestos a emocionarnos en compañía de otras muchas personas con la música que nos ofrecen unos artistas. ¿Ha llegado a percibir un sentimiento especial del público una vez que dejamos atrás las restricciones?
“La pandemia ha cambiado el mundo y también el negocio de la música. Todo se tambaleó. Seguimos aún saliendo de esa pesadilla. Por supuesto, el público tiene hambre de conciertos y de vivir. Creo que todos, de una manera o otra, le hemos visto las orejas al lobo. Valoramos más las cosas y hemos perdido la inocencia. Aunque yo la perdí hace mucho tiempo”.
-Usted ha llevado su música por todo el mundo. ¿Qué es lo mejor y qué es lo que no lleva también de las giras?
“Me gusta viajar. Tocar en directo es lo que he venido haciendo toda mi vida. Por ahora no voy a parar. Soy muy zen en mi forma de ser, me adapto a todo rápidamente”.
“El negocio de la música se ha democratizado, pero hay tanta competencia que ir ‘single’ por ‘single’ ayuda a los artistas”
-¿Es muy diferente para usted abordar un proyecto personal, en el que se implica en todo el proceso desde un inicio, a colaborar en el de otro artista?
“Son dos cosas muy distintas. Un proyecto personal sale de adentro, es como una catarsis. Colaborar con otro artista es más bien como hacerle un traje a medida, con el que se pueda sentir cómodo. En este caso, también es necesario tener empatía con ese otro músico para poder captar lo que busca”.
-Ha trabajado con numerosos intérpretes celebrados en todo el mundo. ¿Existe alguno que admira especialmente y con el que aún no ha tenido la oportunidad de hacerlo?
“Hay muchos con los que me gustaría colaborar, desde luego. Espero seguir haciéndolo en el futuro, pues todos ellos siempre aportan algo a mi música. Siempre es un trabajo estimulante”.
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