He terminado de leer el libro de Jesús Fernández Úbeda (Debate), Nido de Piratas, la fascinante historia del diario Pueblo, periódico en el que tuve la suerte de seguir prácticas de diseño de la mano de José Asensi, que por cierto no aparece citado en el relato; y esto me parece injusto. La etapa de Pueblo con Emilio Romero de director fue apasionante. En los periódicos en los que trabajé siempre seguí el modelo de este rotativo –de los sindicatos— que llegó a tirar 300.000 ejemplares diarios, algo inédito en la prensa española. No sé quién me recomendó para mis prácticas en Pueblo, si don Mariano Daranas o don Ataúlfo García Asenjo, ambos periodistas amigos de mi padre. Ni si me encomendaron a Paco Cercadillo, que era un maestro de periodistas, o a Florentino López Negrín, editorialista de Pueblo, nacido en Telde. El prólogo del libro, excelente, como todo lo que escribe, es de Arturo Pérez-Reverte, que aporta al autor un montón de datos y anécdotas, como el día en que metió un ballet cubano en el periódico y liaron un follón nocturno que todavía se recuerda. El relato abarca desde el año 1965 al 1984. De aquel Pueblo lleno de cojos los recuerdo a todos y, es curioso, se cita el llamado crimen de los alemanes: un padre y un hijo torturan, violan y asesinan a su madre y a dos hermanas en un piso de Santa Cruz. Lo cubrieron Raúl del Pozo y el reportero gráfico Raúl Cancio, dos artistas de la profesión. Yo estuve con Raúl del Pozo investigando ese suceso, yo para La Tarde y él para Pueblo. Luego, años más tarde, haríamos juntos el Camino de Santiago, invitados por Seat. Fue fantástico, porque lo recorrimos en coche, desde Roncesvalles. Creo que Raúl iba conmigo porque me parece que no tenía carnet de conducir.