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Ramón Gener: “En el arte, como en la vida, no llegas a ser libre hasta que dejas atrás los prejuicios”

El músico, escritor y divulgador presenta el 7 junio la temporada 2023-2024 de Ópera de Tenerife en el auditorio capitalino
Ramón Gener será el encargado de presentar la nueva temporada operística del Auditorio de Tenerife. / DA

Siete producciones conformarán la temporada 2023-2024 de Ópera de Tenerife, que se desarrollará entre octubre de este año y junio del próximo. A María Moliner (Antoni Parera Fons, 2016), Manon (Jules Massenet, 1884), Samson et Dalila (Camille Saint-Saëns, 1877), Trouble in Tahiti (Leonard Bernstein, 1952) y Rusalka (Antonín Dvorák, 1901) le acompañarán en el Auditorio de Tenerife la ya tradicional ópera en familia, que en esta edición será El niño y los sortilegios (Maurice Ravel, 1925), y la gala lírica Verdi singular. Además de la presencia en dos de estos títulos de los tenores tinerfeños Jorge de León (Samson et Dalila) y Celso Albelo (Verdi singular), el también isleño Airam Hernández y el catalán José Bros ofrecerán recitales líricos, en el espacio escénico capitalino y en el norte y el sur de la Isla.

Con buena parte de estas propuestas operísticas, Ramón Gener (Barcelona, 1967) construirá una conversación el próximo 7 de junio (19.30 horas) en el Auditorio de Tenerife. Gener vivió durante muchos años la ópera desde dentro, como barítono. Pero un buen día tomó un camino diferente, aunque sin dejar de entrecruzarse con el anterior, y se convirtió en divulgador, una palabra que no le acaba de gustar, pero que, en todo caso, quizás sirva para entender cómo se ha manifestado en los últimos años su pasión por compartir, no solo la música, sino el arte y la cultura en general.

-Abarcar una temporada de ópera en una charla y proponer un viaje musical desde el siglo XIX al XXI no parece, en principio, una tarea sencilla. ¿Cómo se ha planteado este itinerario que propondrá el 7 de junio en el Auditorio de Tenerife?
“Expondré cada título e intentaré explicar su significado, la importancia que posee en la historia de la ópera. Mostraré también qué cosas nos pueden llamar más la atención de cada uno. Me sentaré ante el piano y en la presentación plantearé el porqué de esta nueva temporada. Por poner un ejemplo, será como si fuésemos a una tienda de quesos. Sabemos que nos gusta el queso, pero no estamos del todo convencidos de si vamos a comprar uno de Cabrales o quizás uno manchego. A quien acuda a la presentación le explicaré las características de cada uno, por qué a lo mejor le interesa más adquirir el de Cabrales o quizás el manchego, o a lo mejor debería comprar los dos. Detallaré, básicamente, por qué uno es manchego y el otro es de Cabrales”.

“Cuando dejé de cantar, sin saber muy bien cómo, me encontré otra vez en un escenario, compartiendo todo lo que me gusta”

-Quien ha tenido la oportunidad de verle en la televisión, de escucharle en la radio o de leerle es probable que perciba la pasión que usted siente hacia la música, hacia el arte, hacia la cultura. Pero sentir no es lo mismo que transmitir. ¿Cuál es, a su juicio, el principal reto que se halla en la labor de divulgación?
“No tengo ni idea. Me gusta compartir las cosas que me gustan, las que creo que son importantes. Y eso es al final lo que hago, con mayor o con menor acierto. Las cosas importantes son aquellas que no se pueden comprar con dinero. Son las emociones que te puede producir la música, el arte… Las cosas, en suma, que pueden transformarte. Eso es lo que intento: transmitir mi ilusión, mi pasión, mi obsesión, incluso a veces, por esas cosas. Teniendo en cuenta que todo el mundo puede sentir, que todo el mundo puede emocionarse y que da igual si sabes más o sabes menos, porque esto es patrimonio de todos los seres humanos, independientemente de lo que conozcas o dejes de conocer”.

-¿Y esa necesidad de compartir, de dar a conocer aquello que le entusiasma, surgió de forma paralela a su vocación musical o fue llegando con posterioridad, de forma paulatina?
“Fue una casualidad de la vida. Cuando dejé de cantar ópera, hace ya unos cuantos años, surgió esta oportunidad de la manera más casual. De golpe, sin saber muy bien cómo, me encontré encima de un escenario otra vez, pero no ya cantando, sino compartiendo, explicando, divulgando, aunque el verbo divulgar no me gusta demasiado, porque puede llevar a pensar que quien divulga tiene algo que enseñar a los demás, y ese no es mi caso. Más allá de lo que puedas aprender escuchándome, yo creo que se trata, simplemente, de compartir”.

“La verdad está en el teatro, porque muestra nuestro reflejo; si le añadimos la mejor música, nada puede salir mal”

-En el programa de televisión ‘This is Art’, usted recorría la historia del arte sirviéndose de las emociones humanas. ¿Cuál diría que es en su caso la emoción que prevalece cada vez que se sitúa ante un auditorio?
“Los sentimientos son algo que compartimos todos. Lo mismo ocurre ante una obra de arte. Pueden ser de alegría y de tristeza, pueden ser incluso de odio, o de nostalgia, de celos, de ansiedad, de satisfacción, de obsesión… Pueden ser miles de sentimientos, pero al final hay una cosa, que es la Cosa, en mayúsculas: el amor. O mejor, el amor y el desamor, cualquiera de las dos partes de la moneda. Es lo que acaba moviendo a todas las demás cosas. Quizás pueda sonar un poco estúpido, pero al final se trata de justo eso, de intentar hacer las cosas con todo el amor que puedas, para que quien las reciba también pueda, de algún modo, sentir que es posible entrar en ese barco”.

-El arte, prácticamente por definición, es universal y, sin embargo, no todo el mundo que cuenta con los medios necesarios para acercarse a él lo hace. ¿A qué cree que responde? ¿Es una cuestión de más pedagogía? ¿Hay que insistir mucho más en su difusión?
“Todos nosotros, en ocasiones, nos movemos a partir de prejuicios. Por eso accedemos a unos contenidos y no a otros. Lo que yo hago es intentar dar a conocer parte de eso a lo que los prejuicios nos impiden acercarnos. Solo puedes desear lo que conoces. Si decides comprarte un coche, vas a desear algunos de los modelos que conoces, porque no puedes desear uno que ni sabes que existe. A lo mejor, si llegaras a verlo, te encantaría, pero si lo ignoras, no puede entrar en tu lista. Con cualquier tipo de música, con cualquier tipo de arte, se trata precisamente de eso mismo, de conocer. Es cuestión de abrir las puertas para poder invitar a la gente a que pase al interior. Una vez que conoces las opciones, ya todo depende de tu decisión, de tu entusiasmo, de tu ilusión, de tus ganas y de tus gustos. Todo eso será lo que determine si te vas a comprar ese coche o en cambio te decantarás por otro, si escucharás esa música u otra, si irás a ver ese cuadro al museo o prefieres ir al cine. Ya será tu decisión, porque en el arte, como en la vida, hasta que no conoces todas las alternativas y dejas atrás los prejuicios, no eres completamente libre, no tienes la capacidad de elegir”.

-¿Cómo definiría la experiencia de asistir a un espectáculo de ópera a quien no ha tenido la oportunidad de vivirla?
“Yo invitaría a esa persona, precisamente, a visitar el Auditorio de Tenerife el 7 de junio. Eso de entrada. También que acudiera dispuesta a dejarse sorprender. La ópera es un espectáculo total en el que hay de todo. Tiene un envoltorio fantástico, que es la música y es el teatro. No hay nada más verdadero en la vida, a pesar de que pueda parecer justo lo contrario, que el teatro. El teatro es el espejo donde nos miramos, donde nos reflejamos, donde aprendemos cómo somos y también por qué somos como somos. Es el lugar que inventaron los griegos para aprender a conocerse. Además, si todo eso se acompaña con música, con música de los mejores compositores que ha habido en la historia, tenemos un win-win, porque nada puede salir mal. Puedes ir a la ópera por primera vez y a lo mejor saldrás entusiasmado, del uno al diez, con un diez. Otro saldrá con un nueve, quizás otro con un ocho o con un siete… Pero será bastante difícil, sin duda, que salgas desilusionado o decepcionado de la experiencia que acabas de tener. La ópera cuenta con el poder de atraparte, de seducirte, de explicarte muchas cosas que hasta ese momento desconocías”.

“La ópera tiene el poder de atraparte, de seducirte, de explicarte cosas que hasta entonces desconocías”

-¿Qué le resulta más complejo: trabajar, por ejemplo, con las ideas para un futuro proyecto televisivo, definir los contenidos para un nuevo libro o ponerse manos a la obra?
“Todo tiene sus dificultades y cada cosa posee su momento. Ahora, por ejemplo, estoy preparando un programa para la televisión autonómica catalana. Es un proyecto que, ciertamente, me ha costado mucho llevar a cabo. Y con esa complejidad no me refiero a tener la idea a partir de la cual tomará forma, porque surgió en un momento, sino a plasmarla. Sin embargo, a la vez, también estoy terminando un nuevo libro con el que me ha ocurrido exactamente lo contrario. Definir la idea me resultó muy complicado, me costó mucho trabajo y, en cambio, una vez que la tuve, al sentarme y ponerme con la escritura, siempre que cuento con el tiempo necesario, me va saliendo de una forma muy sencilla. Así que todo depende de las circunstancias. Por otra parte, lo que más me gusta, que es estar subido en un escenario, compartiendo la música con todas esas personas que acuden a un teatro, a un auditorio, me sale con bastante naturalidad. Me preparo mucho mis intervenciones, de hecho, estoy todo el tiempo estudiando, pero siempre intento encontrar el mejor modo para que las personas con las establezco ese diálogo puedan hallar en su vida algo que les acerque a lo que les estoy explicando. Una buena manera de conseguirlo es no dejar de buscar analogías con cualquier situación cotidiana de nuestras vidas”.

-En esa conversación con la cultura, ¿cuál ha sido el descubrimiento más reciente que ha tenido Ramón Gener? Un libro, una música, una película, una obra de arte…
“Hay tantas cosas fascinantes que no sabría qué decir ni con qué quedarme. Pero, bueno, por mencionar solo una cosa, aunque más bien es un redescubrimiento, hay un libro que he acabado de releer hace pocos días. Es un libro viejo, que ya había leído hace unos años. Es una obra que creo que comparte esta aura que poseen las cuestiones de las que hemos estado hablando en esta conversación. Se trata de Cosas que los nietos deberían saber, de Mark Oliver Everett, el líder de la banda estadounidense de rock Eels. Pues bien, es un libro muy personal que, sin hablar para nada de música, está todo el rato hablando de música desde un punto de vista muy especial. A todas esas personas que quisieran entender de verdad qué es la música, qué significa la música o por qué la música le gusta a todo el mundo, recomendaría Cosas que los nietos deben saber. Es solo un ejemplo, aunque, ahora que lo pienso mejor, también podría recomendar algunos de los libros que he escrito yo [risas]”.

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