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La ermita de San Lázaro y El Calvario, la Cruz Grande y la Cruz Chica

La ermita de San Lázaro y El Calvario, la Cruz Grande y la Cruz Chica
Mari Cruz del Castillo Remiro

La primera ermita que construyeron a principios del siglo XVI, en honor de San Lázaro, los agricultores de La Cruz Grande, estuvo situada “a un cuarto de legua (cinco minutos caminando) de donde se encuentra la actual iglesia”, en el camino antiguo que va desde La Laguna hasta La Orotava. De construcción muy pobre, fue derribada y se trasladó su culto al lugar que ocupa actualmente entre 1510 a 1513, aunque autores como Rodríguez Moure sitúan la fecha de traslado en 1530. La nueva edificación se lleva a cabo por iniciativa del gobernador Pedro de Vergara, que lo fue hasta 1525. Falleció en la Aldea de San Nicolás de Gran Canaria en 1535. Fue, además, Alcalde Mayor en 1500, Regidor en 1503, y Alguacil Mayor en 1507.

En su testamento ordena al escribano Diego Donis “que se construya a su cargo un lugar de oración dedicado a San Lázaro”. Sus herederos no cumplieron su mandato, pues en 1543 todavía las paredes de la ermita no estaban enlucidas. Según el historiador Rodríguez Moure, “en 1857, tomó la mayordomía del Santo el presbítero Fray José María Argibay, y con el celo que le distinguió y en virtud del estado ruinoso en que se encontraba la ermita, trasladó la imagen a la de San Benito, y confiado en la Providencia emprendió el derribo y reedificación de aquella, la que tuvo la satisfacción de ver terminada y bendecida por el Sr. don Pascual José Cosar el 24 de octubre de 1861”.

La iglesia de una sola nave de planta rectangular y de 15 x 5 metros, tiene una capilla mayor separada de la nave principal mediante un arco toral rebajado, sostenido por pilastras estriadas de madera. La cubierta de teja árabe a dos aguas, y una fachada con portada de medio punto en piedra, con bancos laterales a cada lado, como es costumbre en las ermitas laguneras donde se acudía en romería. Tiene un pequeño campanario configurado por dos arcos de medio punto. A la edificación se le añadió en los años 80 del pasado siglo una capilla cuadrada y cubierta a cuatro aguas que se comunica con la iglesia, que proviene de una desaparecida escuela de niñas que estaba adosada a la edificación original.

Desde siglos se mantiene la tradición de la peregrinación todos los Viernes de Lázaro a la ermita, de las familias acompañadas con los niños.

El 14 de mayo de 1963 fue creada la parroquia con categoría de Filial de La Concepción, y el 21 de junio de 1975, como parroquia independiente, siendo obispo don Luis Franco Cascón. La Venerable Hermandad Sacramental de San Lázaro y Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo del Calvario y María Santísima de Los Dolores, tiene su sede canónica en esta parroquia, desde su fundación el 7 de octubre de 1977 y participa en las procesiones de la Semana Santa de La Laguna. La Cofradía fue creada por jóvenes del barrio con el apoyo del canónigo lagunero, don Pedro Juan Hernández. La iglesia, sus bienes muebles vinculados y su entorno se hallan declarados BIC, con la categoría de Monumento desde 2005.

EL CALVARIO

La misión de los hermanos capuchinos, que recorrió la Isla de Tenerife en 1678 y se estableció en San Lázaro, fue el origen del primer Calvario que se construyó al lado de la entonces ermita, en el mismo lugar donde se hizo el actual. El primer Calvario fue una edificación pobre cuyas imágenes estaban pintadas en tabla recortada. Una vez que la citada Orden abandonó el lugar, así como el proyecto de edificar una iglesia, el Calvario quedó bajo la administración de los mayordomos de la Iglesia de La Concepción.

La nueva construcción se levantó desde los cimientos, gracias al esfuerzo y dedicación de Fray José María Argibay (1804-1871), inaugurándose el 4 de mayo de 1858. Este clérigo, franciscano exclaustrado, dedicó sus esfuerzos pidiendo limosna por las calles de La Laguna para culminar la obra del Calvario, tal y como lo conocemos hoy.

Al recinto se accede por una escalinata de cantería que procede del antiguo Jardín de estilo francés que construyó el VI marqués de Villanueva del Prado, don Alonso de Nava y Grimón. Una vez fallecido el marqués, su hijo y heredero derribó la edificación, allanó la finca y la dedicó a la plantación de papas.

El Cristo en el Calvario, que procesiona cada Semana Santa lagunera, acompañado de su cofradía, junto a las imágenes de la Dolorosa, San Juan, la Magdalena y los Santos Ladrones, procede, según Rodríguez Moure: “de Garachico, obra que se realizó en 1670 para el convento de Clarisas de San Diego de aquel pueblo, por el gomero Francisco Alonso, vecino del mismo habiéndolo donado la religiosa Francisca de la Asunción. Esta sagrada efigie se salvó del incendio del monasterio cuando el volcán desoló al puerto de Garachico y se trajo a este Calvario en el año 1862”. Las imágenes del Buen Ladrón y el Mal Ladrón proceden del cementerio de San Roque y San Rafael de Santa Cruz de Tenerife. El resto, obras de diferentes autores y épocas, permanecen en el Calvario, la imagen del Crucificado, una vez restaurada en 2013, preside el altar mayor de la vecina parroquia de San Lázaro.

LA CRUZ GRANDE

La Cruz Grande daba nombre a una amplia llanura, donde los agricultores construyeron la primera Ermita de San Lázaro, una cruz señalizaba el lugar de la capilla. Comenzaba donde está situado actualmente el puente de entrada al Aeropuerto Tenerife-Norte, hasta Los Rodeos, en el antiguo camino viejo a La Orotava.

LA CRUZ CHICA (Conocida también como la CRUZ CHIQUITA)

Una gran tormenta se produjo en la zona conocida hoy como Los Rodeos y Guamasa. Con la llegada de la calma, los vecinos se afanaron en poner orden ante tal desastre, retirando escombros, ramas de árboles y todo aquello que los llevara a restablecer su principal ocupación que era la agricultura. El recuerdo histórico que hoy, siglos después, permanece generación tras generación tiene su principal motivo en la aparición de una pequeña cruz intacta entre tanta maleza. Esta insignia del cristianismo fue recogida y colocada en la zona donde se encuentra actualmente, dando lugar al nombre de la Cruz Chica a este popular núcleo lagunero.

El jueves día 12 de enero de 1804, don Juan Primo de la Guerra dejó escrito en su Diario: “En los días próximos ha corrido aquí un huracán muy fuerte y ha habido relámpagos y truenos, con especialidad en la noche del martes 10. El viento ha hecho algún estrago en las casas y en el campo”.

Documentos que se conservan en el Archivo Municipal de Tegueste de mediados del siglo XIX, reflejan las solicitudes hechas en 1857 por los vecinos de la Cruz Chica para que fueran declarados habitantes de La Laguna, ya que anteriormente pertenecían a la Parroquia Matriz de La Concepción. La nueva organización territorial que configuró las Cortes de Cádiz de 1812, permitió que el Ayuntamiento de Tegueste se independizara en 1813, integrando a los habitantes de la citada zona y El Portezuelo. El conflicto que comenzó en 1857 acabó dándoles la razón a los vecinos que solicitaban volver a pertenecer al de La Laguna.

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