Las bebidas energéticas se han vuelto sumamente populares en España, sobre todo entre la población más joven. Así lo refleja un estudio del Observatorio Español de Drogas y Adicciones, en el que se indica que aproximadamente el 45% de los jóvenes entre 14 y 18 años las consumen regularmente.
Por su parte, la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ) se ha unido a la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) y se ha mostrado de acuerdo en pasar a llamar bebidas estimulantes a las bebidas que tengan un contenido superior a 15mg de cafeína añadida por 100 mililitros, tal y como proponen desde SEMED.
Una bebida energética de 500 ml supondría una ingesta de, aproximadamente, 150 mg en un corto espacio de tiempo, 10-20 minutos, con el consiguiente efecto directo sobre la actividad fisiológica, tanto física como cognitiva y de dependencia a la cafeína, explican desde la sociedad.
Asimismo, los consumidores son conscientes de que cuanto más consumen, más necesitan para sentir los efectos deseados. Además, se han registrado problemas como taquicardias, dificultad para conciliar el sueño y presión en el pecho.
Clara Llorens, nutricionista de Nutrilab, explica a La Sexta que el consumo continuo de bebidas energéticas genera una tolerancia a la cafeína y puede llevar a la dependencia. Por otro lado, Gemma del Caño agrega que la cantidad de azúcar y cafeína en estas bebidas produce una excitación temporal seguida de una fuerte caída de energía.
En cierto sentido, estas bebidas energéticas funcionan de manera similar a las drogas, ya que estimulan, provocan bajones de energía y pueden crear dependencia. Sin embargo, se venden libremente en tiendas por un precio muy asequible, alrededor de dos euros.
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