El pasado 25 de septiembre, la Unión Europea publicaba en su Diario Oficial (DOUE) una nueva normativa que prohíbe las partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros. El objetivo es reducir la cantidad de microplásticos en un 30% para 2030.
Entre los materiales afectados por la normativa y cuya venta se prohibirá, se incluye la purpurina. El impacto de la nueva norma se vivirá especialmente en Canarias, pues Tenerife cuenta con uno de los mejores carnavales del mundo, donde la purpurina se hace esencial cada año.
Cuando se empezó a elaborar este material, se trituraban minerales como la mica o el cinabrio, pero su fabricación ha evolucionado a sistemas más baratos y menos sostenibles que usan un tipo de plástico muy contaminante: el polietileno tereftalato (PET).
Alternativas más caras
Por esta razón, las Islas han empezado a buscar alternativas más sostenibles. Sin embargo, estas suponen un coste mayor. Si un kilo de purpurina convencional costaba el pasado año 26 euros, la versión biodegradable puede costar el doble de precio.
Desde el año pasado se está utilizando otra técnica que consiste en fabricar purpurina mezclando azúcar con colorante, e incluso se ha experimentado utilizando algas, aunque los resultados no han sido del todo satisfactorios.
La tendencia actual consiste en utilizar materiales novedosos como el espejo acrílico. Aunque no sea biodegradable, este puede ser reciclado, al igual que el acetato, utilizado para hacer las lentejuelas.
La purpurina ya fabricada puede utilizarse
Por otro lado, es importante mencionar que la medida tiene excepciones. Por ejemplo, que la purpurina convencional que todavía queda en stock puede usarse, así como aquellos objetos compactos que la contengan (pegamentos, joyería, etc).
Mientras que a la mayoría de grupos carnavaleros se les agota el tiempo para renovar su decoración, disfraces y maquillaje, otros, como la murga Los Mamelucos, no han perdido la esperanza: “Si el hecho de que falte purpurina afecta al Carnaval de Tenerife, apaga la luz y vámonos. Nuestro Carnaval está muy por encima de una purpurina, una tela o trompeta de una Murga”.
Ya lo vaticinaba el humorista tinerfeño Aarón Gómez el pasado mes de septiembre cuando compartía con sus seguidores un TikTok en el que bromeaba con el “tráfico de purpurina” como si de droga se tratara. “¿Quieres brillar? Tengo microplástico de primera calidad”. Incluso llega a ofrecer distintos tamaños, incluyendo el ‘especial amanecida de Carnavales’.
Empresas de purpurina biodegradable
La prohibición también ha incentivado la aparición de algunas empresas especializadas en la producción de purpurina biodegradable. Una de ellas es Born To Be Glittered (BTBG), fundada en 2019.
Según se menciona en su página web, sus productos se elaboran a partir de celulosa vegetal extraída de la corteza de los árboles de eucalipto. Sus purpurinas tienen un 92% de biodegradabilidad y son veganas, mientras que las purpurinas con un 100% de biodegradabilidad son vegetarianas. Además, en el proceso de fabricación de estas últimas, se emplea Shellac, una resina secretada por insectos jóvenes.