La prolongada sequía causada por la falta de lluvia agrava aún más la situación de un sector que desde hace muchos años lo está pasando mal y que en el último mes ha conseguido una mayor visibilidad debido a las protestas de los agricultores en toda España reclamando mejoras para el campo que ayer culminaron con una tractorada histórica en Madrid.
Pero no es la única causa. La falta de relevo generacional, la escasez de infraestructuras hidráulicas, y el aumento considerable de la incidencia de la plaga de la Tecia solanivora -más conocida como polilla guatemalteca- han dejado un panorama desolador en San Juan de la Rambla, donde el abandono de la superficie cultivada ya rozaba casi el 50% en 2021, según el mapa de cultivos para el Cabildo de Tenerife. Un porcentaje que en la actualidad “es mayor”, asegura el secretario de la Asociación de Desarrollo Rural Icod de los Trigos-San Juan de la Rambla, Javier González Ruiz.
“Cada vez son menos los agricultores que siembran y por lo tanto, la producción de papas y la superficie sin cultivar disminuyen cada año, sobre todo, si se trata de papa de color o bonita que tradicionamente era de secano y era el principal cultivo de las medianías altas del municipio”, explica.
Según sus datos, en la actualidad no hay más de 20 agricultores activos en el municipo que se dediquen a cultivar esta variedad para su posterior comercialización y su media de edad roza los 57 años dado que los más jóvenes ya no quieren dedicarse a una actividad que le reporta más problemas que beneficios.
En el caso de la papa de regadío, la cifra alcanza a unas 50 personas y la situación se complica porque el tubérculo requiere más agua y las balsas están prácticamente vacías y además, la polilla entra más fácilmente. A ello se suma que la que compra el Cabildo a las galerías y distribuye Balten “es de mala calidad debido su alta conductividad y por ello es necesario mezclarla”, apunta González.
“En su momento se abandonaron muchas infraestructuras hidráulicas tradicionales, como las tajeas, porque con el surgir de Balten en los años 80 se empezaron a sustituir por redes más nuevas de riego, que necesitan un mantenimiento y que en muchos casos no se ha realizado”, sostiene.
González hace hincapié en la importancia de la investigación ya que el cambio climático es una realidad que ha venido para quedarse “y a la que estos cultivos van a tener que adaptarse”. “Hay que animar a los investigadores a que realicen ensayos con la papa de secano”, insiste.
Todos estos factores hacen que la producción de papa este año pueda caer entre un 70% y un 80%. Un dato con el que coincide Oliver Reyes, también miembro de la Asociación y uno de los productores de papas más importantes de San Juan de la Rambla.
“Ya que tenemos la suerte de tener la galería de Vergara hay que mantener el chorro cayendo todo el año, no bajar el caudal, ya que incluso no afecta al consumo humano dado que va directamente a Balten para riego”, opina Reyes.
No obstante, aunque se consiga agua eso no garantiza el cultivo de la papa en el municipio porque las altas temperaturas hacen que las plantas “suden” más y por lo tanto, consuman mayor cantidad de agua.
Panza de burro
“Este año ni siquiera tenemos la típica panza de burro, característica del Norte de la Isla, que bajaba la temperatura hasta cuatro y cinco grados, necesarios para que la cosecha funcione correctamente, la polilla no coma tanto, y mantenía la humedad”, indica. El panorama no es muy alentador, todo lo contrario. “Si se mantiene la temperatura actual, sacar papas este año va a tener mucho mérito”, subraya.
Oliver tiene 40 años y confiesa que pensaba jubilarse como agricultor pero poco a poco va cambiando de idea. “Veo la situación a unos niveles tan críticos que me lo pienso”, afirma Oliver Reyes.
Un banco de semillas para conservar material genético
La Asociación de Desarrollo Rural Icod de los Trigos-San Juan de la Rambla ha propuesto crear un banco de semillas de la papa de color para evitar que se pierda un material genético “de inalculable valor”, más allá de la labor que intenta hacer el Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola de Tenerife (CCBAT).