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Semana Santa en las calles laguneras (III)

En la madrugada del Viernes Santo, a las cuatro en punto, y en la puerta del Santuario, está el Cristo de La Laguna preparado para recorrer las calles en Estación de Penitencia
Semana Santa en las calles laguneras. Mari Cruz del Castillo Remiro
Semana Santa en las calles laguneras. Mari Cruz del Castillo Remiro

En la madrugada del Viernes Santo, a las cuatro en punto, y en la puerta del Santuario, está el Cristo de La Laguna preparado para recorrer las calles en Estación de Penitencia. Después de predicar la Primera Palabra: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, da comienzo el resto del Sermón de las Siete Palabras. Una fila de esclavos a un lado y a otro, como si se tratara de un ejército, acompañarán al Cristo durante las cinco horas que dura el recorrido. Le precede el paso con Nuestra Señora de Los Dolores, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. Suena el himno nacional de España, el Cristo ya está en el atrio y la luna, en lo más alto alumbrando el camino, como dijo el poeta: “La noche del Viernes Santo brilla más clara la luna para alumbrar el camino al Cristo de La Laguna”.

Una vez que la imagen se detiene en las puertas del antiguo asilo de mayores (Hogar Santísimo Cristo de La Laguna) y el coro le saluda, la comitiva continúa la marcha hacia la primera estación de penitencia, en el convento de las Monjas Claras, donde se predicará la Segunda Palabra: “De cierto te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Una vez finalizado el acto litúrgico, la procesión se dirige hacia el otro convento de la ciudad, el de las Catalinas, donde se predicará la Tercera Palabra: “Mujer, ahí tienes a tu hijo (Luego dijo al discípulo): ¡Ahí tienes a tu madre!”. Precisamente en este lugar, en la plaza de Abajo, durante siglos se representaba el acto del encuentro de Jesús con la Verónica y con su madre, ceremonia que se celebraba con imágenes articuladas de la antigua iglesia de San Agustín.

EL SILENCIO LO DESPIERTA EL CANTO DE LAS MALAGUEÑAS

Continúa el recorrido hacia el antiguo convento, hoy parroquia de Santo Domingo, donde se predicará la Cuarta Palabra: “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”. Se acerca el amanecer. El Cristo parte hacia la calle de La Carrera. Al pasar por la plaza del Adelantado y desde el balcón del ayuntamiento, varios cantadores y cantadoras lo reciben con malagueñas, la multitud se apresura para estar presente y escuchar con emoción estos cantos canarios. A continuación, la comitiva enfila la calle de La Carrera. Empieza a amanecer y, cuando la banda de música La Fe comienza a interpretar El adiós a la vida (de la ópera Tosca), el Cristo está a la altura del antiguo colegio de los Hermanos de la Salle.

La Quinta Palabra: “Tengo sed” se predica este año 2024, en el pórtico de la capilla de las Siervas de María, y ya es de día. El Cristo y su Esclavitud se dirigen hacia la parroquia matriz de La Concepción, donde se predicará la Sexta Palabra: “Todo está cumplido”. La procesión con todos los fieles que le acompañan camina hacia la catedral por la calle de San Agustín. Este año, no se predicará la Sexta Palabra a la altura de las ruinas de lo que fue la iglesia de Los Agustinos, tristemente desaparecida en el incendio de 1964.

LA BANDA DE LA FE ANUNCIA LA ENTRADA DEL CRISTO

Son las nueve de la mañana. El Cristo ya está entrando a la catedral, nos lo recuerda la banda de La Fe interpretando el himno nacional. Dentro del templo catedralicio, se predicará la Séptima y última Palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Allí permanecerá el Cristo lagunero hasta las cinco de la tarde, cuando volverá a recorrer las calles de la ciudad con la procesión Magna, como lo ha hecho desde 1927.

El Viernes Santo, desde la parroquia de Nuestra Señora de La Concepción, a las once horas procesiona la cofradía del Lignum Crucis y La Piedad desde el año 1955, fecha en la que se fundó. Este paso representa a la Virgen con Jesús muerto en sus brazos, tras ser descendido de la cruz. Fue donado, en 1688, a la hermandad del Santísimo de la iglesia de La Concepción por Bernardo Martín de Fleitas, las imágenes se le atribuyen al escultor, natural de Güímar, Lázaro González Ocampo. Además de las citadas tallas, la cofradía porta bajo palio una reliquia de la Cruz de Cristo (Lignum Crucis), de ahí su nombre. Se caracteriza la misma por el hecho de que sus miembros van descalzos y encadenados.

Desde la catedral, parte la procesión Magna, creada en 1927, siendo obispo de San Cristóbal de La Laguna fray Albino Menéndez Reigada. En ell,a desfilan cronológicamente, representando la Pasión y Muerte de Jesucristo, los veinticuatro pasos de las diferentes iglesias y conventos laguneros, convirtiendo la ciudad en un museo de arte sacro al aire libre, donde se puede admirar la belleza y perfección de imágenes realizadas hace siglos por imagineros canarios y foráneos, especialmente flamencos. Una vez finalizada la misma, cada una de las imágenes, acompañada de sus respectivas cofradías, se dirigen a sus templos de origen por las distintas calles del casco histórico de la ciudad.

LA PROCESIÓN DEL SILENCIO AL SON DE LAS CAMPANILLAS DE PLATA

Al anochecer, y con el alumbrado público apagado en las calles del recorrido, parte la singular procesión del Silencio, acompañada por todas las hermandades y cofradías de la ciudad. El Santo Entierro sale a las 22.00 horas desde la catedral hacia la iglesia de Santo Domingo. El Señor Difunto es llevado a hombros por la cofradía de la Misericordia, en una urna de plata repujada en 1732, obra de la Escuela de Orfebrería Lagunera, que fue donada por Amaro Pargo, quien la protegió en el nicho del altar con un vidrio y una llave. También costeó la sábana y almohada con la que sale en Semana Santa. En el año 1814, el maestro platero don José Calidonia entregó las inconfundibles campanillas, que son las únicas que suenan en el silencio de la noche mágica lagunera, junto al ruido de los pasos de los cofrades.

El Sábado Santo, desde la parroquia de Santo Domingo, procesiona la imagen de la Soledad, representando el dolor y la soledad que sintió la Virgen tras la muerte de su hijo en la cruz y le acompaña la venerable hermandad del Santísimo Rosario, Nuestra Señora de la Soledad y Santísimo Cristo Crucificado.

El Domingo de Resurrección, terminan los actos litúrgicos de la Semana Santa lagunera. Desde las 8,30 de la mañana, parte de la iglesia de Santo Domingo el Santísimo Cristo Resucitado, obra del joven imaginero de Punta del Hidalgo Ibrahim Hernández. A las 12.00 horas, desde la Catedral, sale la procesión de Jesús Sacramentado, presidida por el Obispo y acompañado por el Cabildo Catedral, autoridades civiles y representantes de las distintas cofradías de la ciudad.

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