Conmoción en el estado de Virginia, en Estados Unidos. Y es que se ha resuelto uno de los misterios de desaparición más prolongados y desconcertantes de su historia. La confesión en el lecho de muerte de un hombre de 80 años ha arrojado luz sobre un caso que ha mantenido en vilo a la comunidad durante casi un cuarto de siglo.
Ocurrió el 9 de agosto del 2000, cuando la policía activó la alerta por la desaparición de Susan Carter y su hija Natasha, de apenas 10 años. Durante años, el principal sospechoso fue Larry Webb, aunque nunca admitió su implicación en el caso, hasta ahora.
Webb confesó antes de exhalar su último aliento haber perpetrado el doble crimen. Reconoció haber asesinado a madre e hija. Más aún, reveló haber enterrado los cuerpos de ambas en el jardín de su propia casa.
La confesión provocó una rápida acción por parte de las autoridades, que se desplazaron hasta el lugar mencionado. Allí, en efecto, encontraron los cuerpos, poniendo fin a un largo período de incertidumbre y dolor para los familiares de las víctimas.
Larry Webb falleció apenas horas antes de que los restos fueran descubiertos en su jardín.
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