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Explanada de San Juan (y II) (actual Calle Pablo Iglesias)

Para poder construir el cementerio de San Juan hubo que desmontar uno de los once molinos de viento, que estaba en tierras propiedad de Silvestre Casanova
Explanada de San Juan
Iglesia de San Juan, en la lagunera calle Pablo Iglesias. / Mari Cruz del Castillo Remiro

Para poder construir el cementerio de San Juan hubo que desmontar uno de los once molinos de viento, que estaba en tierras propiedad de Silvestre Casanova. Los molinos instalados uno al lado del otro, aprovechando los vientos Alisios, estuvieron en el lugar que posteriormente se llamó el Llano de Los Molinos.

En un principio el cementerio estaba formado por cuatro muros, más tarde se le añadió una capilla central, presidida por el Cristo de los Ajusticiados, esta imagen estuvo anteriormente en la capilla del Socorro de la iglesia de la Concepción. Frente a la Calle Candilas existió una horca en la que daban muerte a los delincuentes. Antes de su ejecución, los llevaban a visitar al Cristo, por lo que esta imagen tomó el nombre de los “Ajusticiados”.

En el espacio que está delante de la capilla se enterraba a los sacerdotes, siendo el primero de ellos el del clérigo don Nicolás Amaral, en 1815.

El primer administrador que sirvió de forma simultánea en la Emita de San Juan y en el nuevo cementerio, en julio de 1814, fue el sacerdote don José Hernández, quien falleció al siguiente año. Sustituido el 21 de julio de 1815, por el también clérigo lagunero don Cándido Rodríguez Suárez. El cementerio se remodeló en 1903, ampliando al doble su tamaño. A lo largo de los años decayó en su mantenimiento hasta que se hizo cargo del mismo don Vicente Álvarez González-Falcón, conocido popularmente como don Vicente Falcón, que a los treinta años entró a trabajar en el cementerio. Estuvo veinticinco años sin cobrar y hasta su jubilación, sobrepasados los ochenta, desempeñó los siguientes cargos: concejal-delegado; inspector de los cementerios de La Laguna, Valle de Guerra, Tejina y Punta del Hidalgo y, finalmente, como administrador.

El archivo del cementerio

Comenzó su tarea arreglando los paseos por lo deteriorados que estaban, ajardinando espacios, ampliando el número de nichos y, lo más significativo, fue organizar el archivo de los enterramientos, labor importantísima que realizó junto al funcionario municipal Juan Luis Martín Hernández, por lo que hoy podemos saber donde están enterradas cada una de las personas que fallecieron durante esa época, hasta su clausura definitiva para enterramientos en 1981.
Cuando alguien le comentaba a don Vicente que tenía miedo de entrar en el cementerio, siempre respondía lo mismo: “A quien hay que tenerle miedo es a los vivos, no a los muertos”.

El Barrio de San Juan se convirtió en zona industrial

Otras de las industrias que se instalaron durante años en esta calle, junto a la Vidriera de Canarias y el Tejar, y muy próximas al cementerio fue “Floresta”, empresa dedicada al empaquetamiento de flores, con el objeto de exportarlas, tanto a la península, como al extranjero. Esta empresa se instaló en este lugar, debido a la proximidad del Aeropuerto de Los Rodeos y porque el barrio de San Juan se convirtió, tras la guerra, en la zona industrial de la Ciudad.
Viblocan fue una industria que se dedicó a la construcción de los característicos bloques de color arenoso, que se elaboraban con zahorra procedente de la zona Sur de la Isla. Se instaló en un llano, donde comenzaba la subida a lo que hoy es el barrio del Coromoto.

San Juan, un barrio solidario

A lo largo de esta calle del barrio de San Juan, que termina en la plazoleta de Los Molinos, actualmente la mayoría de los edificios forman parte del conjunto del polígono Padre Anchieta. Antiguamente se instalaron varias industrias, un cementerio, y la entonces Ermita de San Juan. Todo ello ha hecho de este barrio lagunero, el más antiguo de la Ciudad, un barrio solidario, como se demostró en los tristemente accidentes aéreos que se produjeron en el Aeropuerto de Los Rodeos, donde la ermita se convirtió en morgue.

El primero fue el 5 de mayo de 1965, en el que perecieron 29 personas, a las que hay que sumar tres más en días posteriores. Cuentan las crónicas de la época que afortunadamente, dentro de la desgracia, el avión modelo Super Contellation iba a la mitad de su capacidad. Recuerdo como la gente de San Juan se volcó con los familiares y autoridades, como lo sabe hacer este antiquísimo y solidario barrio. Las honras fúnebres se celebraron en la Santa Iglesia Catedral, oficiadas por el entonces Obispo don Luis Franco Cascón.

Otra fecha negra para la aviación, en La Laguna, es la del 3 de diciembre de 1972, en la que avión Convair Coronado 990, perteneciente a la antigua compañía Spantax, que realizaba el vuelo Tenerife-Munich, sufre la explosión de un motor en el momento del despegue. Murieron 148 pasajeros y 7 tripulantes. Como el accidente anterior de 1965, los cadáveres se trasladaron a la ya Parroquia de San Juan, donde por primera vez en un accidente de este tipo, los cuerpos se enviaron a los lugares de origen de los fallecidos.

¿Quién fue Pablo Iglesias?

Pablo Iglesias Posse nació en Ferrol el 17 de octubre de 1850 y falleció en Madrid el 9 de diciembre de 1925. Linotipista de profesión. Fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) el 2 de mayo de 1879, en la conocida taberna Casa Labra, situada en la céntrica calle madrileña de Tetuán. En 1888 creó la Unión General de los Trabajadores (UGT). Fue el primer diputado de la historia en el Parlamento Español en representación del PSOE en 1910.
El Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna acordó en el mes de julio de 1926, un año después de su fallecimiento, rotular con el nombre de Pablo Iglesias a la Calle Ciprés, en el barrio de San Juan.

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