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Magallanes y la primera vuelta al mundo de la historia con escala en El Médano

La expedición recorrió todo el globo, demostró la esfericidad de la tierra e hizo una parada en la costa granadillera, en la Montaña Roja. Tardaron más de 1100 días. De 265 marineros que iniciaron el viaje, solo regresaron 18 integrantes
Magallanes y la primera vuelta al mundo de la historia con escala en El Médano

De Sanlúcar de Barrameda, pasando por Sudáfrica, recorriendo todo el Océano Pacífico, Índico, parada en el extremo sur de Argentina, Brasil y de nuevo a Sanlúcar de Barrameda. Una vuelta al mundo extravagante. A día de hoy este viaje es de por sí toda una excursión, pero gracias a los aviones, todo sería más cómodo. Vamos a hacer la prueba.


Situamos el punto de partida en el Aeropuerto de Madrid, con llegada al Aeropuerto Internacional de Johannesburgo y otro avión con destino al Aeropuerto Internacional Ngurah Rai en Bali. Un día después, otro vuelo al Aeropuerto Internacional de Ushuaia Malvinas, para acabar nuestro camino con un viaje de nada menos que 19 horas volviendo a Madrid. Google sitúa el tiempo de duración de esta aventura en casi 7 días, pero ¿y si todo esto fuese en un barco del siglo XVI?


El 20 de septiembre de 1519, la expedición del navegante portugués, Fernando Magallanes y el marinero vasco, Juan Sebastián Elcano, patrocinada por la Corona Española, salió de Sanlúcar para convertirse en la primera circunnavegación en recorrer de manera exitosa todo el planeta. Tras dejar atrás los miedos a los viajes transoceánicos gracias al descubrimiento de Cristóbal Colón, la flota liderada inicialmente por Fernando de Magallanes partió de Sevilla. Finalmente, inició su travesía desde Cádiz con cinco barcos y alrededor de 265 hombres, con el objetivo de encontrar una ruta occidental hacia las Islas de las Especias (Las Molucas).


El viaje fue una odisea. Tardaron más de 1100 días en volver a su destino. Ni la propia Corona, ni los familiares daban por vivos a los tripulantes, pero un 6 de septiembre de 1522, finalmente la nave Victoria con solo 21 hombres supervivientes, regresó al puerto de Sanlúcar de Barrameda para sorpresa de todos.


La flota sufrió numerosos desafíos, incluyendo motines, la escasez de suministros, y la muerte de Magallanes en Filipinas en 1521. La flota de Sebastián Elcano, capitán de la nao la Victoria, fue la única embarcación que consiguió regresar. Con su vuelta al mundo demostraron la esfericidad de la Tierra y establecieron uno de los hitos más conocidos de la historia. Lo que muchos no saben, es que Canarias tiene un papel fundamental en este acontecimiento.


El Monte Rosso (Montaña Roja, El Médano) fue la segunda parada de la navegación de Magallanes tras salir del Puerto de Cádiz y además, una de las dos paradas en todo el territorio canario. Muchos cronistas sugieren que hay indicios de que la primera parada fue en Garachico. La escala que llevaron a cabo el 30 de septiembre de 1519 durante 2 días frente a la costa granadillera fue documentada en el cuaderno de Bitácora de Pigafetta , titulado “Relación del primer viaje alrededor del mundo”.


Este diario fue escrito por Antonio Pigafetta, un explorador italiano que formó parte de la expedición. En sus anotaciones ofrece una crónica detallada del viaje, incluyendo descripciones de la geografía, flora, fauna y culturas encontradas. Él fue uno de los pocos
supervivientes de la expedición. En su obra de a bordo, proporciona una visión única de los desafíos enfrentados, las estrategias de navegación y las interacciones con los pueblos indígenas. Su relato es una fuente invaluable para el conocimiento histórico de la primera circunnavegación del globo.

“SE ABASTECIERON DE AGUA, CARNE Y LEÑA”


“Partimos de Sanlúcar el 20 de septiembre, dirigiéndonos hacia el sudoeste, y el 26 llegamos a una de las Islas Canarias, llamada Tenerife. Detuvímonos ahí tres días en un sitio adecuado para procurarnos agua y leña. Enseguida encontramos un puerto, llamado Monte Rosso (Montaña Roja), donde pasamos dos días. Nos contaron de esta Isla un fenómeno singular, que en ella jamás llueve y que no hay ni fuente ni río”.


Con este relato, Pigafetta narra la escala de la expedición en El Médano. Sergio Afonso Díaz es una de las voces más cualificadas de Canarias en este tema. Con motivo de los 500 años de la primera circunnavegación del mundo, Afonso publicó su obra Primus circumdedisti me (El primero en darme la vuelta). El historiador autentifica que la primera parada técnica de la expedición, supuestamente en Garachico, tuvo como motivo “suministrarse con víveres (en especial carne) agua y carbonear”. Afonso sitúa que la parada en la Montaña Roja fue gestada por “el encuentro con gente que venía con noticias de Andalucía, para advertirle de posibles cuidados en el viaje y el trasvase a algunos tripulantes”.


Afonso apunta que la expedición fondeó a la costa granadillera, en concreto, el puerto junto al Monte Rosso. Aunque el escritor señala que, “con casi toda probabilidad, la primera parada pudo haber sido en Garachico, principal puerto de la isla en esa época”. Explica que Antonio Pigafetta era un caballero de la orden de Malta, natural de Vicenza. Su función a bordo era la de traductor. Este personaje no estaba entre los viajeros de la embarcación, sin embargo, su buen trato con Carlos V le hizo formar parte finalmente de la expedición. Pigafetta era culto, sabía varios idiomas y tenía una gran capacidad para hacer dibujos y representar lo que sus ojos veían.


“Fernando Magallanes era de origen portugués. Cuando su proyecto de viaje es rechazado por el rey Manuel de Portugal, decide ir a Sevilla a proponer su plan a la Corona de Castilla”, explica. El escritor relata que la ciudad hispalense era la meca de la investigación tecnológica y logística para los viajes de exploración (junto a Lisboa): “esto atrajo gran número de portugueses de gran experiencia náutica, que trajeron los conocimientos adquiridos en sus exploraciones y que preferían Sevilla a su propio reino”, explica.


El historiador concreta que “hubo otros diarios que detallaron el transcurso de la vuelta al mundo, pero estos son menos conocidos o no se han transcrito”. Afonso resalta el cuaderno de Francisco Albo, un contramaestre y piloto griego que creó otro diario de a bordo. En su obra, solo se habla en términos marineros y se inició a escribirla al llegar a Brasil
Además, también trata la inclusión de cuatro marineros que accedieron a la expedición de Magallanes y Elcano a partir de la parada en El Médano. Dos de origen portugués y otros dos de los cuales se desconoce su nacionalidad.


De todos ellos, Pedro de Indarchi fue el único sobreviviente. Aunque fue capturado en Cabo Verde, tiempo después fue puesto en libertad por Portugal. Este hecho hizo que su nombre no aparezca en la inscripción junto a la famosa estatua de Juan Sebastián que atestigua a los 18 marineros que regresaron a Andalucía desde la nao Victoria. Esta figura fue establecida en el pueblo de origen del capitán vasco, en Guetaria, Gipuzkoa. “En el viaje de vuelta, desde Molucas hasta Andalucía, falleció el 40 % de los tripulantes. Esto indica la dureza del viaje y las condiciones que se vivían”, sentencia.

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