el jardín

La leyenda urbana de Las Teresitas que inquietó a los tinerfeños

Algunos usuarios tenían miedo de pisar la arena de la popular playa chicharrera
Playa de Las Teresitas. DA
Vista aérea de la playa de Las Teresitas, en Santa Cruz de Tenerife. DA

Las Teresitas, ubicada en San Andrés, es una de las playas más emblemáticas de Tenerife. Destaca por estar rodeada de acantilados, sus aguas tranquilas, su proximidad al centro de Santa Cruz de Tenerife, la variedad de servicios, su belleza escénica y su arena dorada, que tiene su propia historia.

La popular zona de baño chicharrera se abrió al público el 15 de junio de 1973, siendo la primera y única playa de la ciudad. La playa ha vivido una transformación desde su inauguración, cuando la arena negra original se cambió por una dorada y paradisiaca, traída desde el Sahara por unos 50 millones de pesetas, según recogen publicaciones de la época, como la del DIARIO DE AVISOS de 1972.

De esta manera se le dio vida a lo que antes eran tres playas separadas y con sus propios nombres. La primera se encontraba más cercana al pueblo de San Andrés, conocida como “Tras la arena”, donde hoy en día aún se puede ver un vestigio de arena negra si se visita el antiguo cementerio de San Andrés.

La segunda parte, ubicada en el medio, era llamada “Los Moros”. En esta zona se encontraba un palacete que pertenecía a la princesa Diana de Orleáns, hija de los Condes de París, y el Duque Karl de Würtemberg, hijo de Felipe Alberto, Duque de Württemberg. Por último, la zona situada en el Barranco de Las Teresas fue la que inspiró el nombre de la playa después de su renovación.

Cuentan los vecinos que, inicialmente, los usuarios tenían miedo de pisar la arena, ya que decían que, al proceder del Sahara vinieron escorpiones, alacranes, cigarrones y hormigas rojas, mezclados con la arena. En 1998, 25 años después, 2.800 toneladas de arena fueron importadas de nuevo para reponer la perdida hasta entonces.

TE PUEDE INTERESAR