cultura

Jorge Blass viene en septiembre a las Islas con nuevo espectáculo, ‘Flipar’

El ilusionista presentará su ‘mágica propuesta’, entre los días 14 y 22, en Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife, en los auditorios Alfredo Kraus, El Salinero y de la capital tinerfeña
El ilusionista madrileño Jorge Blass. / DA

El ilusionista Jorge Blass (Madrid, 1979) regresa en septiembre a Canarias con uno de sus espectáculos más ambiciosos, Flipar. Considerado uno de los mejores magos del mundo, actuará los días 14 y 15 en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, el 19 lo hará en Lanzarote, en el Teatro El Salinero de Arrecife, y el 21 y el 22 dará dos funciones en el Auditorio de Tenerife, en la capital tinerfeña. El Instituto Canario de Desarrollo Cultural (ICDC), del Gobierno autonómico, patrocina esta minigira de El Mono Producciones. Las entradas para asistir al espectáculo en Gran Canaria y en Tenerife, se pueden adquirir en los enlaces web https://auditorioalfredokraus.es/evento/flipar/2361 y https://www.auditoriodetenerife.com/es/flipar, respectivamente, así como en las taquillas de ambos recintos. Las de la cita programada en Lanzarote se pondrán a la venta próximamente.

Hay una frase de Jorge Blass que es premonitoria de cómo encara la creación de un nuevo espectáculo y, por ende, da significado a todo lo que ha sido su carrera artística en el ilusionismo: “Al fin y al cabo, la magia no está en el truco, ni siquiera en el mago, la magia está en la mirada de un espectador ilusionado”. Blass se sirve de su público, siente toda su energía y es lo que le impulsa a seguir creando espectáculos.

“En Flipar, mi reto artístico es que los espectadores no pierdan su capacidad de asombro, sus ganas de flipar”, asegura el ilusionista madrileño. Se trata, en suma, de un estudiado show en el que no existe lo imposible, que hace dudar de los sentidos y con el que los niños descubren que sus padres no lo saben todo. Desapariciones, teletransportaciones e ilusiones que desafían la lógica con la intención de dejar a los asistentes boquiabiertos y sin saber cómo, dónde ni por qué, pero, eso sí, con una sonrisa.

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