Más de 8.700 millones de euros se generan cada año en el oscuro ámbito de la economía sumergida en Canarias, un dinero que se deriva de actividades que, siendo legales, incurren en algún tipo de fraude fiscal o laboral.
Esta cifra coloca a Canarias, junto con Andalucía, a la cabeza de las comunidades autónomas en la generación de dinero negro, con un 17,9% de su Producto Interior Bruto (PIB), cifrado en unos 48.000 millones de euros en 2022, año al que hace referencia el informe elaborado por la Universidad de Murcia por encargo del Consejo Económico y Social de la región. El Archipiélago supera la media nacional, del 15,8%, en algo más de dos puntos.
De cada 100 euros que se producen en la economía isleña, 18 se cocinan al margen de la normativa fiscal y laboral, constituyendo no solo una merma para las arcas y los servicios públicos, sino también una competencia desleal para las empresas y personas físicas que sí cumplen con sus obligaciones fiscales y laborales. La naturaleza de estos fraudes es variada y cuenta con casos conocidos en el entorno personal y laboral de casi todo el mundo. Trabajos que no se facturan y por los que, por tanto, no se tributa; empleos a media jornada que en la práctica son a jornada completa; el pago de una parte del salario fuera de la nómina o la ausencia de afiliación o alta en la Seguridad Social son algunas de las prácticas que más se detectan pero no las únicas. Son más habituales en hostelería, trabajo doméstico, agricultura o el cajón desastre que suponen los servicios de carácter privado, ya sea en establecimientos abiertos al público, en oficinas o domicilios.
Los autores del estudio reconocen la dificultad de poner en cifras la economía sumergida, precisamente, por la opacidad de las actividades cuyo fin es incumplir la normativa fiscal y laboral.
En su informe, analizan la evolución bienal de este indicador desde el año 2004 hasta 2022, y en todo ese periodo de 18 años, Canarias siempre aparece entre los tres primeros puestos, encabezando la lista en 2010, 2020 y 2022 y ocupando un quinto puesto en 2004, cuando la economía sumergida alcanzó en el Archipiélago el 23% de su PIB. Paradójicamente, este es el año de toda la serie en el que la economía sumergida llegó a su máximo en las Islas.
Es significativo también el hecho de que las comunidades que suelen acompañar a Canarias en esta clasificación de la economía sumergida a lo largo de los años, Extremadura y Andalucía, conforman con el Archiìélago la terna de regiones donde la pobreza tiene mayor peso sobre la población. En todas ellas, al menos tres de cada diez personas están en riesgo de pobreza o exclusicón social.
A pesar de ser importes muy elevados, de miles de milloens de euros, las cifras de Canarias no son de las más altas de la Europa de los 27. Países como Bulgaria, con una economía en b que alcanza el 33% de su PIB, Croacia o Rumanía, que se aproximan al 30%, ponen de manifiesto que la evasión tributaria y el fraude laboral son un problema global. En el otro extremo se sitúan Austria, Países Bajos, Luxemburgo, Alemania o Dinamarca, con tasas inferiores al 10 por ciento.
A principos de este año. la consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, Matilde Asián, anunció un refuerzo de los medios humanos y tecnológicos para atajar el agujero negro de la economía sumergida en las Islas, una “competencia desleal” para la economía que “pone en peligro” a empresas y autónomos, aseguró.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas