Una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA, un fenómeno meteorológico antes conocido como gota fría) de especial poder destructivo ha sembrado de muerte y destrucción varias zonas de la Península con un pavoroso balance inicial de, al menos, 95 víctimas mortales y un número aún por concretar de personas desaparecidas y que se calculan por decenas, en información recopilada por agencias y medios locales.
Esta conjunción de tormentas, que también han causado incontables destrozos materiales a su paso, se ha cebado especialmente con la Comunidad Valenciana, donde se produjeron 92 de los fallecimientos, mientras que los tres restantes se han verificado en las localidades de Mira (Cuenca), Letur (Albacete) y Álora (Málaga).
Sin duda, ha tenido que ver en las dramáticas consecuencias de esta DANA el hecho de que sorprendió a la ciudadanía a partir de la tarde del pasado martes en plena actividad cotidiana, pese a que la Agencia Estatal de Meteorología elevó un aviso rojo (riesgo extremo por fenómenos meteorológicos no habituales, de intensidad excepcional y con un nivel de peligro para la población muy alto) a las 7;31 horas, pero la alerta a nivel 2 no se aprobó por parte de la Comunidad Valenciana para toda la provincia hasta casi doce horas después, cuando no pocos vecinos ya sufrían las catastróficas lluvias.
Tampoco se discute que el lugar donde peores consecuencias ha tenido esta catástrofe fue la localidad valenciana de Paiporta (unos 27.000 habitantes y situada a unos 10 kilómetros de la capital), ya que allí tuvieron lugar, al menos, 40 de los fallecimientos, que prácticamente en todos los casos acaecieron por el torrente de agua que arrasó con todo lo que encontraba a su paso y las correspondientes inundaciones.
También destaca tristemente lo sucedido en otra localidad valenciana, Utiel, con al menos seis muertos entre sus poco más de 11.000 residentes. Localidades cercanas, como Massanassa, Torrent y Alfafar, en el área metropolitana de Valencia, también se han visto particularmente afectadas, así como pueblos del interior como Chiva y Cheste.
Aunque anoche la preocupación se centraba en las provincias de Cádiz y Sevilla, lo cierto es que la DANA fue perdiendo su capacidad destructiva durante la jornada de ayer, pero hay avisos para hoy por lluvias o tormentas en Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Extremadura o, un día más, la Comunidad Valenciana.
HISTÓRICO
El impacto de la DANA y el número de fallecidos (95) colocan este desastre natural en primer lugar por número de víctimas mortales tras la riada de Biescas (Huesca) en 1996 con 87 fallecidos y la riada del Turia (también en Valencia) en 1957, en la que perdieron la vida entre 80 y 100 personas.
El Gobierno de España ha declarado tres días de luto y el presidente, Pedro Sánchez, visita hoy la zona afectada.
Los efectos de esta DANA recuerdan a los del huracán Milton en Florida. Pero, como recuerda la ONG Ecologistas en Acción, mientras que en Tampa hubo 0,73 muertos por millón de habitantes (un total de 23), en Valencia se han registrado más de 13.
Más de 110.000 personas seguían anoche sin suministro eléctrico
Más de 110.000 residentes en Valencia continuaban anoche sin suministro eléctrico o con interrupciones en el servicio debido a las complicaciones para acceder a las subestaciones en las que se han producido las averías. Así lo confirmaron a última hora del día fuentes de la distribuidora eléctrica, que descartaron hablar de plazos en los que la red eléctrica volverá a operar con normalidad, aunque sí que afirmaron que poco a poco “estamos empezando a reponer los problemas y a lo largo del día, i-DE, la empresa distribuidora del grupo Iberdrola, ha conseguido reponer el suministro eléctrico a más de 42.000 afectados en la provincia de Valencia”.
Los cortes de luz es uno de los servicios esenciales afectados por el paso de la DANA, como también pasa con el gas, donde anoche los afectados sumaban cerca de 25.000, según fuentes oficiales.
Aunque hay áreas entre las afectadas donde también se ha interrumpido el suministro de agua potable en las viviendas, un bulo hizo que en Valencia capital se acabasen las existencias del líquido elemento en numerosos negocios de dicha ciudad.