Uno de los dos acusados del crimen de un hombre en un piso en Tabaiba (Tenerife) en febrero de 2023 le trasladó en un mensaje por teléfono al dueño del inmueble y supuesto ideólogo del plan, Toño, que iba “a muerte” con él.
“Si estás bien, me la juego contigo”, le dijo Antonio J. a Toño cuando éste le contó sus planes para acabar con la vida de una persona tras un primer intento de disuadirlo y de pedirle que se lo pensara.
Esta es una de las conversaciones que la Guardia Civil pudo recuperar de los cuatro teléfonos móviles intervenidos y que sitúan en la escena del crimen a los acusados y a Toño, que al día siguiente se quitó la vida.
A los agentes les resultó llamativo que, por ejemplo, el supuesto ideólogo del plan hiciera aquella jornada 12.000 llamadas, envíos de mensajes y conexiones desde su teléfono, muchas de ellas con los acusados.
En sus conversaciones con Antonio J., éste le dijo, tras contarle sus intenciones: “Vale men, lo que quieras, yo me encargo de todo, hacemos lo que tú digas”, y a continuación le dio instrucciones de lo que debía comprar para cometer el crimen.
El volcado de los contenidos de las llamadas suma 300.000 folios en los que se recogen algunas realizadas los días previos, en los que Toño parece estar planificando la muerte de alguien: “Lo llevo a la tienda y allí le corto el cuello”, dice en referencia al negocio que tenía en La Laguna.
De las llamadas entre Toño y la víctima del crimen, Rubén, se desprende que este último estaba molesto porque el primero evitaba encontrarse con él para saldar una deuda.
Entonces, Toño lo intenta tranquilizar y lo emplaza al 21 de febrero de 2023 en su apartamento, como en otras ocasiones, y a tomar unas cervezas. “Pero no me hagas nada, cabrón”, añade.
Rubén le replica: “me tienes en el aire con tantos cambios y tantas cosas”, a lo que el dueño de la vivienda le asegura que tiene droga por valor de 70.000 euros con la que saldar la deuda originada y que justifica en que “unos cubanos” le habían robado.
La versión de la Fiscalía es la contraria, pues asegura que era el asesinado quien le debía a Toño 103.000 euros, cifra que no aparece mencionada en las llamadas.
El seguimiento que realizaron los investigadores de la Guardia Civil a los móviles de los cuatro implicados en el asesinato los sitúa a todos ellos en el edificio de Tabaiba donde fue hallado el cadáver de Rubén, entre las 17.00 y las 18.00 horas, la franja en la que se calcula que murió la víctima.
Al principio, Toño se encuentra junto con uno de los encausados, Antonio J., sobre las 13:10 horas en su casa en La Caleta, y luego se acerca a Bajamar, donde estaba el otro investigado, José J., con el que permanece cerca de una hora hasta las 15:10. Sobre las 17.00 horas se desconectan a la vez las terminales de los tres.
Es entonces cuando comienzan a acercarse en distintos coches a Tabaiba, incluida la víctima, quien moriría sobre las 18:00 horas, poco después de llegar en su coche junto con Toño.
En el juicio ha intervenido la agente encargada del peritaje de la carta que dejó Toño antes de suicidarse, y ha ratificado que la letra es la del supuesto autor intelectual del crimen.
La agente tiene la impresión de que en esos momentos Toño estaba fuera de control y que intentaba exculparse para que su familia no sufriera represalias.