de remplÓn

El cuidado de la salud mental

Esta semana me pararon amablemente tres alumnas del CIFP La Laguna. Ellas, muy sonrientes, me invitaron de remplón a participar en una encuesta sobre la salud mental. Muy centradas en la tarea de equipo que compartían, me pidieron si podían grabarme la voz. Les dije que sí, claro. Son muy positivas estas iniciativas a pie de calle, que se mantengan vivas, y no una vez al año como el patético Día Mundial de la Croqueta. A la espera estamos de que pronto tengamos el día internacional de los tollos en salsa o de las alpargatas cuadriculadas.

Las tres alumnas me dejaron un folleto con recomendaciones para el cuidado de la mente. Mantener a raya los pensamientos negativos ya lo hacía Evagrio Póntico el psicólogo en el siglo IV, según ha quedado reflejado en sus apotegmas. Se trata de dejar entrar solo los pensamientos que sean de la casa y que nos proporcionen serenidad. Por otro lado, se destaca una serie de señales de alerta para detectar si existe algún desajuste en nuestra salud mental. Se habla de la ansiedad y el estrés constante que nos pueden provocar la lucha contra el cronómetro, y otras tensiones en nuestra vida laboral o personal. La tristeza prolongada es otro de los signos claros de que algo no va bien, y más si va unida a la pérdida de interés por los asuntos normales de la vida. Aislarse del mundo, del día a día, huir de la conversación (salvo que sea un pesado) no es lo más aconsejable.

Para evitar que el mal se prologue, hay que acudir a un profesional, a un amigo o amiga, a alguien de confianza que nos ayude a salir de esa situación. Y como contrapartida, podemos mantener un buen tono si rompemos nuestra pereza y hacemos algo de ejercicio, o si proyectamos nuestra atención hacia fuera con actividades que nos pongan en contacto con los demás. Yo lo que hago, además, es desconectar de esta catarata de información que nos inunda por todos lados, y pasar ampliamente del exceso de realidades importadas que nos desbordan.

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