Por Antonio Martinón
Me ha parecido un acto de justicia la concesión del Premio Canarias de Cultura Popular al Centro de la Cultura Popular Canaria (CCPC). Han sido muy numerosas las aportaciones que el CCPC ha realizado en los muchos años desde su nacimiento, a través de una infinidad de discos, libros y actos. Se puede afirmar que ninguna entidad ha contribuido, de manera tan amplia e intensa, a impulsar y transmitir nuestra cultura.
Quiero destacar los dos aspectos que considero más relevantes de lo que ha significado la actividad del CCPC: la valiosa idea de cultura popular canaria y la difusión extraordinaria de esa cultura. En primer lugar, destaco que el CCPC ha incluido «cultura popular» en su nombre y ha desarrollado toda su actividad con la idea de que la cultura popular es la que nace en el pueblo, en el conjunto de la sociedad, y todos la hacemos propia. Para tener una imagen completa de lo que hoy es la sociedad canaria, hay que conocer la cultura canaria. Todas las manifestaciones de esa cultura deben ser tenidas en cuenta, por modestas que puedan llegar a ser más adelante sus influencias. No se ha limitado la labor del CCPC a la cultura tradicional, la que heredamos de nuestros antepasados, sino que ha adoptado una visión más amplia, integrando en una cultura común las creaciones culturales que los canarios hacemos ahora y aquellas otras que proceden de nuestros padres. La cultura de una sociedad no nace con cada generación. Lo que hoy somos los canarios está ligado a lo que hemos sido, pero hay mucho nuevo que se debe tener en cuenta. Heredamos una cultura que se transforma cada día con las aportaciones de todos.
El nombre del CCPC se refiere a la «cultura canaria», cuya existencia y entidad, por fortuna, no parece ser discutida en la actualidad. Naturalmente, esa cultura está impregnada de otras muchas, especialmente en los últimos tiempos, en los que la tecnología ha derribado casi todas las fronteras en la comunicación. La cultura canaria debe entenderse como universal, que mira al mundo desde el Archipiélago, pero elevando la mirada por encima de las orillas de nuestras Islas. Se trata de una cultura propia, con rasgos que la diferencian de las demás, que la hacen característica de los que somos canarios. Cultura universal, abierta al mundo y canaria, con profundas raíces en lo que hemos sido y somos.
El segundo gran mérito del CCPC es haber divulgado, dentro y fuera de nuestro Archipiélago, la creación cultural de miles de canarios, de haber llevado los pensamientos y opiniones de tantos a todos los rincones del territorio canario, a las otras comunidades españolas y a numerosos países de la América Latina. Para que la cultura sea de todos, hay que difundirla a todos. Nace en pocos, pero son muchos los que se identifican con ella y la hacen propia.
Lo que ha hecho el CCPC durante su larga vida podemos considerarlo, con mucha razón, una obra formidable y colosal. Pero las siglas no pueden esconder que detrás de ellas hay un reducido grupo de personas, mujeres y hombres, de una generosidad extraordinaria, que han realizado sacrificios personales frecuentes para que el CCPC alcanzara sus ambiciosas metas. Se han encontrado en muchos momentos con serias dificultades, que para la mayoría de nosotros hubieran sido insalvables, pero se han mantenido firmes al exigirse a sí mismos ser coherentes con los esfuerzos anteriores y con el compromiso total con los canarios. Han podido hacerlo por la fuerza que les da su convicción profunda de que la cultura es un poderoso instrumento para que la sociedad canaria supere atrasos antiguos y avance por el tortuoso camino del progreso.
Con este Premio Canarias al CCPC nuestra sociedad insular expresa su gratitud y reconocimiento a quienes han hecho tanto por todos nosotros.