La historia de España es fuente inagotable para el conocimiento. País con glorioso pasado e incierto futuro, ofrece tantos hilos de los que tirar y sacar a la luz nuevos hallazgos que su metafórica imagen bien pareciera el fleco inacabable de una alfombra. Allá por donde fueron marinos, exploradores, religiosos, conquistadores y colonos españoles a partir del Descubrimiento, se iban fundando nuevas poblaciones. A menudo, se reutilizaban nombres propios directamente traídos del territorio peninsular, cuando no se hacían coincidir con la advocación de algún santo o, directamente, se mezclaban estas dos posibilidades con topónimos precolombinos. Se han contabilizado a lo largo y ancho del planeta hasta 143 localidades que se llaman Granada, 75 Toledos, 40 Valencias, 19 Málagas, 14 Córdobas…
Precisamente por la simultaneidad cronológica que se da entre el fin de la Conquista de Canarias (1402-1496) y el descubrimiento del Nuevo Mundo (1492), son pocos los topónimos americanos que tienen su par en las Islas Canarias. Pero hay dos, inspirados en una misma campaña de conquista, que conservan su nombre hoy con denominación netamente canaria. Concretamente, existe en Colombia una población ribereña del Río Magdalena llamada San Sebastián de Tenerife, fundada el 20 de enero de 1536 por el capitán tinerfeño Francisco Henríquez, y en la costa caribeña de Panamá el Río Guanche, que se cree fue bautizado así en recuerdo del paso de soldados canarios que participaron en la primera exploración de conquista y colonización de los territorios de la actual Colombia, iniciada en 1536 por el II Adelantado de Canarias, Pedro Fernández de Lugo, tras haber sido designado por Carlos V gobernador de Santa Marta.
Anticipándose a lo que hiciera Hernán Cortés en la conquista del Imperio Mexica (1519-1521), los conquistadores castellanos de Canarias habían utilizado infantería aborigen de las Islas previamente sojuzgadas para incorporarla a los contingentes que componían las incursiones conquistadoras de las siguientes islas por dominar.
Pero el II Adelantado no vio terminada su misión, ya que murió al poco tiempo de comenzar la empresa, tomando el relevo su segundo al mando, el licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada, quien fundó Santa Fe de Bogotá el 06 de agosto de 1538 en torno a una capilla en honor a la Virgen de La Candelaria, venerada ya entonces como patrona de Canarias, dando nombre al barrio fundacional de la actual capital colombiana.
En aquella incursión, se llevaron aborígenes isleños como tropa de choque. Se calcula que el contingente lo formaban unos 1.500 peones, la mitad de ellos naturales de Canarias. Las levas de canarios procedentes de las siete islas, tanto las de señorío como las de realengo, para engrosar contingentes de soldados destinados a defender los dominios de la Corona Hispánica, no cesaron a lo largo de todo el período que discurre entre la conquista y la independencia de los territorios españoles de ultramar. Los canarios tuvieron que servir en frentes de guerra tan dispares como en Extremadura (guerras con Portugal), en Cataluña (guerras con Francia), los tercios en Flandes y los presidios o fuertes de defensa fronteriza en América. Todo ello, además, con el añadido de que dejaban sus islas desposeídas de mano de obra para la recogida de cosechas, a la par que éstas quedaban mal defendidas, dado el despoblamiento que suponían los enganches, sobre todo en la isla de Tenerife, que siempre fue la que, con diferencia, más soldados aportó.
*Abogado e historiador