justicia y tribunales

Marchena: “La IA nunca sustituirá a un juez, pero la Justicia tiene que adaptarse”

El expresidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo avisa en Santa Cruz de que, según los expertos, el trabajo del jurista "puede cambiar más en 20 años que en los últimos 200"
El magistrado y expresidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena. Sergio Méndez

El magistrado y expresidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, deleitó ayer en Santa Cruz de Tenerife a los asistentes con una conferencia sobre un tema de tan rabiosa actualidad como es la aparición de una nueva tecnología de tanto impacto como es la llamada inteligencia artificial (IA) y posibles consecuencias que originará entre las personas, particularmente en la materia sobre la que es un reconocido especialista: la administración de Justicia y la práctica jurídica en general. Vaya por delante la conclusión del experto: “La IA nunca podrá sustituir a un juez, pero la Justicia tiene que adaptarse a los nuevos tiempos”. Como también merece la pena esta advertencia sobre la existencia de expertos que vaticinan grandes cambios para unos juristas “cuyo trabajo puede cambiar en los próximos 20 años que en los últimos 200”.

El acto en cuestión se celebró durante la tarde-noche de ayer en el Salón Noble del Real Club Náutico de Tenerife con pleno éxito de convocatoria. Entre los presentes destacaban personalidades tales como el expresidente de la Audiencia Nacional y del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), José Ramón Navarro, o el actual presidente del TSJC, Juan Luis Lorenzo Bragado, así como otras autoridades civiles y militares. Sin duda, fue una oportunidad única para escuchar de primera mano a uno de los juristas más influyentes de nuestro país en un debate apasionante sobre los desafíos legales de la era digital.
Tras ser presentado por el presidente del club nauta, Andrés Orozco, y bajo el sugerente título de Inteligencia Artificial: ¿Hacia Jueces Robóticos?, Manuel Marchena dejó bien claro -hay que insistir- que la respuesta a dicha pregunta es que, sencillamente, un juez no puede ser relevado por una máquina: “La máquina no podrá sustituir a la razón humana”, llegó a aseverar.

Pero por contundente que sea tal aseveración, el magistrado advirtió con similar contundencia que los distintos operadores jurídicos (empezando por los legisladores) no pueden hacer oídos sordos a una novedad con semejante capacidad de influencia.
Pese a lo denso y complejo que pueda llegar a ser el tema en cuestión, el magistrado consumó su promesa inicial de cumplir la Carta Magna -“La Constitución prohíbe tratos inhumanos o degradantes”, recordó- y apenas dedicó tres cuartos de hora a su charla, pese a que lo ameno e interesante de la misma le hubiera permitido prolongar la misma.
Lejos de restarle importancia, Marchena detalló como ha ido avanzando la IA en la batalla de acercarse a la humana gracias a hitos sonados como por ejemplo las víctorias de las máquinas contra los mejores del mundo en Ajedrez y Go (juego chino con incluso más probabilidades a calcular que el de las 64 casillas), hasta hoy atreverse a pretender llevar a cabo prácticamente cualquier actividad humana.

¿Y cómo cambiará la praxis jurídica? El magistrado apuntó la necesidad de “empezar a construir dogmáticamente “el derecho a no ser engañado [por suplantaciones de personalidad con IA], el derecho a no ser neuromanipulado, el derecho a la manifestación digital [en referencia a poder convocar concentraciones masivas en redes sociales]” o también “el derecho a conocer la trazabilidad del algoritmo”.

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