tribuna

La Comisión Von der Leyen dinamita la cohesión: un ataque al corazón de Europa

Este verano, en pleno mes de julio, la Comisión Europea presentó su propuesta para el nuevo Marco Financiero Plurianual: el presupuesto que definirá el rumbo de la Unión a partir de 2028. Lo que Von der Leyen ha puesto sobre la mesa no es una simple reforma técnica: se trata de un ataque frontal al propio corazón de la integración europea.

El objetivo es fusionar la Política Agrícola Común (PAC), la Política Pesquera Común (PPC) y la Política de Cohesión en un único instrumento, eufemísticamente denominado Planes de Asociación Nacional y Regional. Este cambio sin precedentes en la lógica de las políticas comunes abre la puerta a medidas fragmentadas, diferentes en cada país, con claros riesgos de desigualdad y distorsiones en la solidaridad interterritorial e incluso en el propio mercado único.

La retórica de la presidenta de la Comisión habla de “flexibilidad” y de la capacidad de adaptación a los desafíos globales. Pero la realidad es muy distinta: estamos ante un giro ideológico que destruye la cohesión y pone en riesgo la pesca y la agricultura, ignorando las consecuencias que ello tendrá para millones de europeos, especialmente en las regiones más periféricas.

Para las regiones ultraperiféricas, como las Islas Canarias, el impacto sería devastador. No solo se reducirían drásticamente los recursos disponibles, sino que también desaparecerían las garantías que, durante décadas, nos han protegido como territorios con condiciones específicas reconocidas por los Tratados. Lo que se propone es que pasemos a competir en condiciones aún más desventajosas, con menos fondos, menos seguridad y sin instrumentos históricos como el Posei o los mecanismos de compensación en la agricultura, la pesca o el transporte.

Este cambio de paradigma no es casual ni inocente: fue impulsado unilateralmente por el PPE que sostiene a la Comisión Von der Leyen, con la participación activa del comisario Raffaele Fitto, representante de la extrema derecha italiana responsable de la Cohesión, y de Christophe Hansen, eurodiputado luxemburgués del PPE al frente de la cartera de Agricultura.

Juntos han presentado una propuesta que viola flagrantemente el Artículo 349 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que exige el reconocimiento de las especificidades de las regiones ultraperiféricas y la adopción de medidas concretas para compensarlas. No se trata solo de un debate presupuestario: es una violación directa de los tratados y una renuncia a la justicia social, económica y territorial que ha estado en el centro de la integración europea desde sus orígenes.

La presidenta de la Comisión justifica este desmantelamiento con la necesidad de liberar recursos para la defensa, la ampliación a Ucrania o la competitividad. Nadie cuestiona la importancia de esas prioridades. Pero intentar financiarlas sacrificando a las regiones más frágiles y a costa de políticas históricas es una traición. Reducir las regiones ultraperiféricas a una simple nota al pie en el presupuesto de la UE no solo es injusto, sino también un acto de ceguera política.

Somos una parte esencial de la Unión: representamos su diversidad, su apertura al mundo y su capacidad para integrar territorios distantes en un proyecto común. Negar esto es negar a la propia Europa.

Además, esta propuesta no solo amenaza los recursos: pone en riesgo la propia gobernanza de la Política de Cohesión. La recentralización defendida por la Comisión socava directamente la gestión compartida, la gobernanza multinivel y la capacidad de los gobiernos locales y regionales para decidir su propio futuro.

Por todas estas razones, la propuesta de la Comisión Von der Leyen debe combatirse con toda la fuerza política, institucional y cívica posible. No podemos permitir que décadas de conquistas sociales, territoriales y de justicia sean borradas.

Los próximos dos años serán decisivos: tendremos que librar esta batalla en el Parlamento, en el Consejo, en las Regiones, en todos los sectores económicos y en cada foro de decisión. Los eurodiputados socialistas de las regiones ultraperiféricas no daremos un paso atrás. Exigiremos el respeto de los tratados, el mantenimiento de los instrumentos que nuestras regiones necesitan y que la solidaridad europea no se reduzca a meras palabras vacías.

Por ello, hacemos un llamamiento a la movilización de todos aquellos que se preocupan por la preservación de las políticas y garantías de la UE relativas a las regiones ultraperiféricas. Una Alianza que no solo mostrará la injusticia de estas medidas, sino que también demostrará el valor añadido que supone reforzar el papel de estas regiones en el actual contexto geopolítico.

Europa está en juego. Si permitimos que la Cohesión, la PAC y la PPC se transformen en meros instrumentos nacionales, estaremos renunciando a la propia esencia del proyecto europeo.

Si Europa fracasa en esta materia, no solo estará violando los Tratados, sino también socavando la confianza de millones de ciudadanos en la Unión y poniendo en riesgo su capacidad para integrar todos sus territorios.

Esto no es solo una cuestión de recursos: es una cuestión de credibilidad y de justicia.

* Eurodiputados socialistas

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