En una historia que parece sacada de una película, Alida Alequin, de 63 años, ha logrado reencontrarse con su tío, Luis Armando Albino, de 83 años, quien desapareció bajo circunstancias misteriosas hace más de siete décadas. Este emocionante hallazgo cierra un largo capítulo de angustia y misterio para una familia que nunca perdió la esperanza de encontrar a su ser querido.
La odisea comenzó el 21 de febrero de 1951, cuando Luis Armando, entonces un niño de seis años, jugaba en un parque infantil en West Oakland, California. Estaba al cuidado de su hermano mayor, Roger, de diez años. Según relató Roger, una desconocida se acercó a Luis Armando con la promesa de comprarle dulces, logrando convencer al pequeño para que la siguiera. Ese fue el último momento en que Luis fue visto en su entorno familiar y conocido.
El niño fue criado por la mujer y su pareja como si fuera su propio hijo, sin saber que había sido secuestrado.
La mujer, cuya identidad nunca se esclareció completamente, llevó a Luis en avión hasta un lugar desconocido en la costa este de Estados Unidos. Allí, el niño fue criado por la mujer y su pareja como si fuera su propio hijo, sin saber que había sido secuestrado. La verdadera familia de Luis quedó con el corazón roto y su madre murió en 2005 sin saber qué había sido de su hijo, aunque siempre albergó la esperanza de que Luis.
El misterio de la desaparición de Luis Armando permaneció sin resolver durante décadas, hasta que en 2020, Alida Alequin, sobrina de Luis, decidió realizar una prueba de ADN por simple curiosidad. La prueba reveló una coincidencia del 22% con un hombre que resultó ser su tío desaparecido. Emocionada por el descubrimiento, Alida compartió los resultados con su familia y comenzó a invertir.
Con la ayuda de la policía, el FBI y el Departamento de Justicia, la familia inició una búsqueda detallada. Alida y su hija comenzaron a comparar fotos del hombre encontradas con fotos de la familia. «El parecido era asombroso», dijo Alida. «Había imágenes en las que era igual a sus otros tíos y una en particular en la que era idéntica a mi abuela. Me dio escalofríos». Movida por estas revelaciones, Alida no paró hasta localizar a su tío.
Finalmente, Luis Armando fue encontrado viviendo como un bombero retirado y veterano del Cuerpo de Marines que había servido en Vietnam. Cuando Alida lo encontró y se presentó, Luis Armando la abrazó emocionado y le agradeció con lágrimas en los ojos: «Gracias por encontrarme», le dijo, sellando el momento con un beso en la mejilla.
Aunque la noticia del reencuentro no se hizo pública hasta meses después, el encuentro entre Luis Armando y su familia se produjo en junio. Este evento fue particularmente significativo, ya que permitió a Luis despedirse de su hermano Roger, quien lamentablemente falleció de cáncer dos meses después del reencuentro. El reencuentro tuvo lugar en la casa de Roger en el condado de Stanislaus, California, un momento emotivo en el que, según relató Alida, «nos pusimos a llorar hasta que se fueron los investigadores. Agarré las manos de mi madre y le dije: ‘Lo encontramos’.
Este reencuentro no solo cerró un prolongado capítulo de misterio y pérdida de tecnología para la familia de Luis Armando, sino que también destacó el poder de la ciencia y la moderna en la resolución de casos de larga data. La perseverancia de Alida y el uso estratégico de pruebas de ADN en línea han demostrado ser herramientas invaluables en la reunificación de familias, abriendo nuevas posibilidades para resolver otros casos similares alrededor del mundo. La historia de Luis Armando Albino es un testimonio conmovedor del amor familiar, la esperanza y la determinación.