Cuando se utiliza el término Agricultura 4.0, se hace referencia a un modelo de agricultura que avanza cada vez más hacia la integración con las tecnologías de hardware y software más sofisticadas, incluyendo el Internet of Things (IoT), robots y sensores agrícolas avanzados, tecnologías blockchain, Big Data, Inteligencia Artificial, maquinaria agrícola de última generación, etc.
Algunos han definido la Agricultura 4.0 como el «upgrade» de la Agricultura 3.0, la llamada agricultura de precisión, caracterizada por el uso de soluciones agrícolas inteligentes como aplicaciones de guiado por satélite, sistemas de gestión de flotas y sistemas Isobus (sistemas de compatibilidad entre tractores y software o equipos de distintos fabricantes).
Estas soluciones se integran cada vez más en la maquinaria agrícola de última generación, como tractores, cosechadoras, segadoras, desbrozadoras, etc. Los objetivos principales de estas «soluciones inteligentes» son mejorar los estándares de producción (cualitativos y cuantitativos), aumentar la eficacia del trabajo con el consiguiente ahorro de tiempo, minimizar el impacto sobre el medio ambiente, aumentar los niveles de confort y, sobre todo, los niveles de seguridad de los operadores del sector.
Agricultura 4.0: los grandes retos del futuro
Los retos a los que se enfrenta la Agricultura 4.0 son los que algunos describen como «los tres grandes desafíos del siglo XXI»: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el aumento de las necesidades alimentarias mundiales.
Empecemos por este último punto, que también podría ser la causa de los desequilibrios sociales. Según recientes estimaciones de la ONU, la población mundial aumenta progresivamente y en 2050 habrá unos 10.000 millones de habitantes en el planeta; teniendo en cuenta que actualmente la población ronda los 8.000 millones, es fácil comprender lo imperativo que resulta aumentar la producción agroalimentaria. Dado que la tierra cultivable no puede aumentar indefinidamente, es imperativo hacer más eficientes las prácticas agrícolas. En este sentido, la maquinaria agrícola de alta tecnología desempeña un papel crucial.
El otro reto crucial es el cambio climático. Independientemente de las causas, sobre las que hay debates y opiniones encontradas, es un hecho que la situación climática mundial ha cambiado drásticamente en las últimas tres décadas; los fenómenos extremos – olas de calor persistentes, inundaciones, granizadas extremas, sequías, etc. – han aumentado y el impacto en la producción agrícola no es insignificante. – han aumentado y el impacto en la producción agrícola no es insignificante. A la espera de que todas las estrategias de transición energética den sus frutos, el sector agrícola debe moverse de manera que se minimice el impacto del cambio climático. Los programas informáticos de análisis, los sensores climáticos y los estudios agrometeorológicos son importantes para hacer más eficiente la producción y compensar los problemas relacionados con el clima.
En cuanto a la pérdida de biodiversidad, como ilustra el informe «Impacto del sistema alimentario en la pérdida de biodiversidad», publicado el 3 de febrero de 2021 por el think tank británico Chatham House, la agricultura intensiva y la producción de alimentos baratos son las dos causas principales de la pérdida de biodiversidad. Por tanto, es sobre ellas sobre las que hay que actuar.
Agricultura intensiva: un modelo que ya no es sostenible
El modelo actual de agricultura, el intensivo, ya no es sostenible puesto que la producción agrícola intensiva es la principal responsable de la degradación del suelo y de los ecosistemas, así como de la reducción de la capacidad productiva de la tierra; a esto hay que añadir los efectos nocivos de los fenómenos meteorológicos extremos.
La agricultura 4.0, caracterizada por una mayor eficiencia productiva y sostenibilidad medioambiental, parece por tanto la única respuesta sensata que el sector agrario puede dar a los retos de los próximos años.