La NASA se encuentra en una misión sin precedentes para expandir nuestra comprensión del universo y buscar signos de vida extraterrestre más allá de nuestro propio planeta. Recientemente, la agencia espacial reveló los emocionantes resultados de un taller que tuvo lugar en febrero de 2023, patrocinado por la NASA y que reunió a científicos e ingenieros de todo el mundo. El objetivo de este taller fue explorar conceptos de misión «criobot», una idea que podría revolucionar la forma en que exploramos los mundos oceánicos en el sistema solar.
El enfoque de esta innovadora misión es atravesar las gruesas capas de hielo que cubren lunas como Europa, la luna de Júpiter, o Encelado, la luna de Saturno. La meta es lanzar una sonda desde la superficie de estos mundos helados hacia su interior, donde se encuentra un océano líquido subyacente. Este enfoque representa un cambio radical en comparación con las misiones tradicionales de perforación y promete revelar secretos ocultos en los profundos mares alienígenas y la vida extraterrestre.
El concepto de criobot implica el uso de un dispositivo cilíndrico enviado desde una unidad madre en la superficie de un mundo oceánico helado. Este dispositivo es capaz de derretir el hielo a su paso, permitiendo que se desplace hacia abajo a medida que el agua fluye a su alrededor y se solidifica nuevamente. Aunque la perforación térmica se utiliza en la Tierra para investigar glaciares y casquetes polares, las capas heladas de lunas como Europa y Encelado presentan desafíos únicos debido a sus temperaturas extremadamente frías y a su comportamiento impredecible.
Para encontrar vida, sigue el agua.
Este emocionante proyecto ha sido respaldado por programas de la NASA como el Mecanismo de acceso al subsuelo de exploración científica para Europa (SESAME) y Conceptos para la tecnología de detección de vida en mundos oceánicos (COLDTech). A lo largo de los años, estos programas han permitido a los científicos avanzar en sus investigaciones sobre mundos oceánicos cubiertos de hielo. El taller celebrado en el Instituto Tecnológico de California (Caltech) proporcionó una oportunidad clave para reunir a los expertos y asegurarse de que estos avances se integren adecuadamente en la futura arquitectura de la misión de los criobots para encontrar vida extraterrestre.
La búsqueda de vida extraterrestre en el espacio siempre ha estado ligada al agua, un elemento esencial para la vida tal como la conocemos. Las lunas heladas de nuestro sistema solar, como Europa y Encelado, albergan vastos océanos de agua líquida bajo sus capas de hielo, lo que las convierte en destinos especialmente intrigantes para la astrobiología. A diferencia de la búsqueda de signos de vida antigua en Marte, explorar estos mundos oceánicos podría revelar la presencia de vida actual en sus aguas, incluso si se trata de microorganismos.
La NASA identificó cuatro aspectos clave que orientarán la hoja de ruta para el desarrollo de los criobots: potencia, capacidad térmica, movilidad y comunicación. Superar los desafíos tecnológicos y ambientales es fundamental para el éxito de estas misiones.
Un robot que puede poner el calor bajo presión.
El corazón de un criobot debe contar con un sistema de energía nuclear capaz de proporcionar el calor necesario para derretir los kilómetros de hielo que se encuentran en las lunas oceánicas. Esto requiere alrededor de 10 kilovatios (kW) de energía, una tarea impresionante que se ha abordado en misiones anteriores, como la nave espacial Cassini que exploró Saturno y sus lunas.
La gestión térmica es esencial para mantener una temperatura segura dentro del robot, evitando que se dañe por el calor que él mismo genera. Los científicos están investigando sistemas de fluidos independientes para mantener un equilibrio térmico adecuado.
Además, las capas de hielo pueden contener impurezas como roca y sal, lo que requeriría sistemas adicionales para penetrarlas. Se están considerando métodos mecánicos y de chorros de agua a alta presión para abordar este desafío.
La movilidad es otra área crítica, ya que los criobots deben ser capaces de navegar por entornos impredecibles y sortear obstáculos en las capas de hielo para encontrar vida extraterrestre. Esto requiere sensores y sistemas de dirección avanzados.
Rompiendo el hielo pero no la comunicación
Identificar los obstáculos antes de embarcarse en una misión es una prioridad alta, y la próxima misión Europa Clipper, programada para 2024, será fundamental para esta investigación en la búsqueda de vida extraterrestre.
La comunicación es el último aspecto crucial, ya que los criobots deben transmitir datos desde las profundidades del océano hasta una unidad central en la superficie. Los desafíos incluyen la necesidad de proteger los cables de fibra óptica en ambientes hostiles y en constante cambio.
El futuro de la exploración de mundos oceánicos se está construyendo en colaboración con científicos, ingenieros y expertos de todo el mundo. Aunque hay muchos obstáculos por superar, la misión criobot a los mundos helados del sistema solar es factible y promete revelar secretos asombrosos sobre la vida en el espacio. La NASA está encaminada hacia un futuro emocionante de descubrimientos en el vasto océano cósmico.