La mayor frecuencia de las olas de calor es un síntoma asociado al cambio climático y, por eso, se espera que la mortalidad asociada al calor aumente en los próximos años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un cálculo poco esperanzador: entre los años 2030 y 2050 se producirán unas 250.000 muertes extra debido al calentamiento global. Este fenómeno mata por diversas vías, el clima extremo produce falta de alimentos y de agua potable en algunas zonas, fenómenos meteorológicos extremos, pero también enfermedades.
Enfermedades cardiovasculares
El cambio climático se caracteriza por la variación de temperaturas extremas, que están muy relacionadas con las enfermedades del corazón. La Fundación Española del Corazón (FEC) explica en su página web que se relacionan más accidentes cardiovasculares con el frío —cardiopatías isquémicas, anginas de pecho e infartos agudos de miocardio—, pero también el calor puede provocarlos. De hecho, las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte durante las olas de calor.
Enfermedades respiratorias
Tal y como sucede en las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades de los pulmones pueden agravarse con los cambios bruscos de temperatura. Las dolencias del corazón y de los pulmones están muy relacionadas entre sí y, además, producen mucha mortalidad: si bien las cardiovasculares son las que más muertes producen en España cada año, las respiratorias ocupan el tercer puesto. El calentamiento global puede acentuar, en este sentido, estas tasas de mortalidad.
Enfermedades infecciosas
Otra de las graves consecuencias que tendrá el calentamiento global será la aparición de más enfermedades infecciosas provocadas por virus, bacterias y hongos. Según este estudio de la revista Nature Climate Change, el 58% de las enfermedades producidas por patógenos pueden agravarse. En concreto, de las 218 enfermedades que pueden aumentar con el cambio climático, 160 pueden hacerlo por efecto del calor, 122 por cambios en las lluvias y 121 por las inundaciones.
Enfermedades neurológicas
Aunque todavía es pronto para saber cuál será el efecto concreto del cambio climático sobre las enfermedades neurológicas, los expertos tienen sospechas de que podrían agravarse. En este estudio de la revista Environmental Research los científicos apuntan a que la larga exposición a las altas temperaturas puede dañar el sistema nervioso de varias maneras. La más probable es a través de la acción del estrés oxidativo a nivel celular que puede aumentar por estas temperaturas altas.