Tenerife, la isla más extensa del archipiélago canario, atesora varios lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. Uno de ellos es el Parque Nacional del Teide, y el otro es el casco histórico de San Cristóbal de La Laguna. Pero, además, también cuenta con el Macizo de Anaga, Reserva de la Biosfera por su enorme cantidad de endemismos.
Para visitar la isla y descubrir sus valles, barrancos, costas, tubos volcánicos, macizos y su riqueza natural y paisajística, lo mejor es alojarse en hoteles en Tenerife Sur desde donde explorarla con comodidad. Las maravillas naturales que esconde el sur de Tenerife, no son tan conocidas ni populares como el Teide, pero, sin duda, te van a sorprender.
Parque Nacional del Teide y otras maravillas
El Teide sobresale en el centro de la isla, a una altitud de 2000 metros, siendo su pico, de 3718 metros, el más alto de España. En días despejados, se puede ver desde la vecina isla de Gran Canaria, e incluso desde La Palma. Este volcán con más de 150 000 años de antigüedad era un lugar sagrado para los guanches, los pobladores nativos de la isla.
La fama de este parque nacional es tal que, en sus laderas se han rodado numerosas películas, ha sido inspiración de canciones para varios músicos de fama mundial, ha sido elegido como el segundo volcán más impresionante de Europa, y hasta se ha convertido en escenario de eventos tan dispares como congresos de ufología y sectas como la de la Cienciología.
Sea como fuere, la espectacular belleza del Parque Nacional del Teide bien merece una visita. Quienes quieran ascender hasta su parte más alta para tener una experiencia única, tienen dos opciones: Usar el teleférico o subir andando. Eso sí, el ascenso a pie dura unas 7 horas, y para ello se necesita un permiso que puede tardar más de 3 meses, según la época del año.
El Camino de Chasna y su Paisaje Lunar
El Camino de Chasna es un sendero que comienza a 3 km del pueblo de Vilaflor, en el sur de Tenerife. Sus más de 500 años de historia se revelan a lo largo de un sendero que termina en una atalaya desde la cual, se puede ver el famoso Paisaje Lunar. Este tipo de paisaje es característico de esta zona, que forma parte del Parque Nacional del Teide.
El Acantilado de los Gigantes
Las impresionantes paredes verticales de 600 metros de los acantilados de Los Gigantes, se pueden observar desde el mar. También era un territorio sagrado para los antiguos pobladores de la isla: Los guanches. Pero Los Gigantes, no solo son famosos por su altura, sino también por la vida marina que esconde a 30 metros de profundidad.
La montaña roja de La Tejita
En el pueblo pesquero del Médano está la Reserva Natural Especial de la Montaña Roja. Un volcán de 171 metros de altura, que se ha convertido en todo un icono. Desde la cima, se tienen unas inmejorables vistas de una de las playas más salvajes y recónditas de la isla. En sus aguas los amantes del kitesurf se deleitan con el viento y las olas.
Reserva natural especial del Barranco del Infierno
Seguimos en el sur de la isla de Tenerife, esta vez, a 350 metros sobre el nivel del mar, para descubrir otra maravilla natural: El Barranco del Infierno. Este entorno natural del sur de Tenerife, guarda algunas de las flores endémicas más peculiares de la isla, incluso especies únicas en el mundo que han encontrado en este barranco su último refugio.
La reserva natural especial del Malpaís de la Rasca
Este espacio protegido del municipio de Arona conserva uno de los hábitats de cardonal-tabaibal costero más importantes del archipiélago. El paisaje y la estructura geomorfológica del malpaís con diferentes conos volcánicos forman antiguas coladas, que se prolongan hasta el mar a lo largo de unos tres kilómetros de costa. Es una de las joyas de la arqueología de la isla. Diferentes excavaciones han destapado abundantes restos relacionados directamente con el hábitat aborigen de esta zona de la isla.
Y es que Tenerife, y más concretamente, el sur de Tenerife, es mucho más que sol y playa. Al igual que el resto de las Islas Canarias, esta isla atesora un pasado históricamente muy rico y diverso. Su origen, sus antiguos pobladores, su cultura, sus múltiples influencias, anteriores a la conquista por parte de la Corona de Castilla, es todavía un terreno inexplorado del que poco se sabe.
De hecho, el imperio romano ya mantenía relaciones comerciales con las Islas, y en el siglo XIV, genoveses, portugueses, aragoneses y castellanos competían por el control del archipiélago. Las islas eran un lugar perfecto para establecer rutas seguras hacia Oriente y hacia el interior de África, que las potencias europeas no querían dejar escapar.