Investigadores de la Universidad de Fukui en Japón han descubierto una correlación significativa entre los metabolitos en la sangre del cordón umbilical y los síntomas del trastorno del espectro autista (TEA). Los hallazgos indican que los niveles de ciertos ácidos grasos durante el embarazo pueden influir en el desarrollo del TEA, según un comunicado de prensa de la universidad. Este avance promete mejorar la comprensión del trastorno en los niños y podría llevar a pruebas predictivas sobre la probabilidad de que un niño desarrolle TEA.
El TEA es un trastorno del desarrollo neurológico que impacta el aprendizaje y el comportamiento social. En 2020, aproximadamente 1 de cada 36 niños estadounidenses mayores de 8 años había sido diagnosticado con TEA, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. A pesar del aumento en la conciencia sobre el TEA en las últimas décadas, sus causas exactas siguen sin estar claras. Sin embargo, la evidencia actual sugiere que la inflamación del sistema nervioso central desempeña un papel importante en su desarrollo según los investigadores.
Un equipo de investigación de la Universidad de Fukui ha analizado los metabolitos de los ácidos grasos poliinsaturados presentes en la sangre del cordón umbilical de los recién nacidos. Estos ácidos grasos, cuando son metabolizados por ciertas enzimas, producen dos tipos diferentes de compuestos: uno con propiedades inflamatorias y otro con efectos antiinflamatorios.
El profesor Hideo Matsuzaki, líder del estudio, explicó que su hipótesis era que niveles más bajos de ácidos grasos antiinflamatorios o niveles más altos de los compuestos inflamatorios podrían influir en los síntomas del TEA y en las dificultades de funcionamiento diario en los niños después del nacimiento según los investigadores.
El TEA o autismo podría ser evaluado por los niveles de diHETrE según los investigadores
El estudio de los investigadores japoneses investigó el vínculo entre estos metabolitos, utilizando muestras de sangre del cordón umbilical conservadas inmediatamente después del nacimiento, y las evaluaciones del TEA en 200 niños, realizadas una vez que cumplieron 6 años. Los investigadores identificaron un compuesto específico en la sangre del cordón umbilical, dos ácidos dihidroxieicosatrienoicos (diHETrE), que tiene implicaciones significativas para la gravedad del diagnóstico de autismo. Los niveles elevados de diHETrE parecían afectar negativamente las interacciones sociales de los niños, mientras que niveles más bajos estaban correlacionados con comportamientos repetitivos y restrictivos.
Este descubrimiento es crucial para comprender, diagnosticar y potencialmente prevenir el TEA. Según el comunicado, medir los niveles de diHETrE al nacer podría permitir predecir la probabilidad de que un niño desarrolle TEA.
Esta capacidad predictiva no solo facilitaría la intervención temprana, sino que también podría proporcionar un apoyo más efectivo a los niños diagnosticados con TEA. Además, los investigadores sugieren que inhibir la metabolización de diHETrE durante el embarazo podría prevenir los rasgos del TEA en los niños, aunque subrayan que se requiere más investigación para confirmar esta posibilidad.
Anteriormente, los investigadores habían examinado cómo los niveles de ácidos grasos poliinsaturados influían en el desarrollo fetal de ratones, observando alteraciones estrechamente relacionadas con los síntomas del TEA. Sin embargo, esta nueva investigación ofrece una comparación directa con humanos, lo que representa un avance significativo en el campo según los investigadores.
La investigación de la Universidad de Fukui aporta una nueva perspectiva sobre cómo los factores biológicos prenatales pueden influir en el desarrollo del TEA. Al analizar los metabolitos en la sangre del cordón umbilical, los científicos han identificado posibles biomarcadores que podrían ayudar a predecir y gestionar el riesgo de autismo desde el nacimiento. Este enfoque innovador podría transformar el manejo del TEA, permitiendo intervenciones más tempranas y efectivas, y potencialmente reduciendo la prevalencia del trastorno a través de estrategias preventivas.
El tráfico de información y avances científicos sobre el TEA ha sido constante, pero este descubrimiento en particular resalta la importancia de investigar los factores prenatales en el desarrollo neurológico. La capacidad de medir y analizar compuestos específicos en la sangre del cordón umbilical abre nuevas posibilidades para la detección y prevención del TEA según los investigadores.
La implicación de los ácidos diHETrE en el tráfico de señales inflamatorias y antiinflamatorias en el cuerpo subraya la complejidad del desarrollo neurológico y la necesidad de enfoques multidisciplinarios para entender y abordar el TEA.
La Universidad de Fukui continúa liderando el tráfico de conocimientos en este campo, proporcionando datos y análisis que podrían cambiar la forma en que se aborda el TEA desde una perspectiva biomédica. La identificación de metabolitos específicos y su relación con los síntomas del autismo es un paso adelante significativo en la lucha por comprender y eventualmente prevenir este trastorno.