En una era donde la incidencia de trastornos del neurodesarrollo como el autismo y la esquizofrenia va en aumento, un nuevo estudio ha arrojado luz sobre la posible relación entre la inflamación cerebral en la infancia y estas condiciones. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada 36 niños en Estados Unidos ha sido diagnosticado con autismo, y la esquizofrenia afecta a casi 24 millones de personas globalmente, convirtiéndose en una preocupación significativa para el sector de la salud.
El estudio se realizó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (UMSOM) en 17 cadáveres de niños que murieron entre un año y diez años; ocho de ellos murieron por afecciones inflamatorias y nueve fallecieron por un accidente imprevisto. Una de las científicas del equipo, la profesora Margaret McCarthy, explicó que ella y otros investigadores utilizaron genómica unicelular para estudiar los cerebros de los niños fallecidos, comparando directamente a los que murieron en un accidente con los que perdieron la vida debido a una enfermedad inflamatoria. condiciones tales como infecciones bacterianas o asma.
El autismo tendrá más prevención en un futuro
Buscando respuestas y mayor comprensión, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (UMSOM) han llevado a cabo un análisis meticuloso de cerebros infantiles post-mortem. Se estudiaron 17 cerebros de niños que fallecieron entre el primer año de vida y los diez años de edad, diferenciándolos entre aquellos que murieron por afecciones inflamatorias y aquellos cuyas muertes fueron producto de accidentes.
Margaret McCarthy, profesora y una de las científicas a cargo del estudio, detalló que se aplicó la genómica unicelular para comparar los cerebros de niños que habían fallecido por enfermedades inflamatorias con los que murieron a causa de accidentes. Esta metodología ha permitido identificar cómo la inflamación cerebral temprana puede interferir con la maduración de otras neuronas y otras partes de nuestro sistema sensorial del cerebro.
Un hallazgo notable fue la presencia de dos tipos de neuronas raras y específicas, las neuronas de Golgi y Purkingje, en aquellos con inflamación cerebral. Estas neuronas se asociaron con trastornos neurológicos en estudios previos. La investigación también se centró en el cerebelo, conocido por su rol en el control motor y funciones cognitivas como el lenguaje y las habilidades sociales. Se ha observado que los niños con un cerebelo subdesarrollado o anormal son más susceptibles a desarrollar trastornos neurológicos.
Cada vez más niños lo sufren
El Dr. Seth Ament, codirector del estudio, resaltó la importancia del cerebelo, señalando su desarrollo temprano y maduración tardía, y la necesidad de un estudio más profundo. Gracias a esta investigación, se ha avanzado en la comprensión de cómo las condiciones inflamatorias afectan a las neuronas y el desarrollo del cerebelo en cerebros jóvenes, un paso crítico para comprender y, potencialmente, tratar los trastornos del desarrollo neurológico como la super vitamina que promete ayudar a nuestro corazón como nunca lo hemos visto.
Mientras el estudio abre caminos para futuras investigaciones, no se ha anunciado aún cómo podría utilizarse para prevenir o tratar afecciones como el autismo o la esquizofrenia. Sin embargo, la información recopilada es fundamental para continuar la lucha contra el creciente número de niños afectados por trastornos neurológicos.
Los hallazgos de este estudio representan un avance en el complejo rompecabezas de los trastornos del neurodesarrollo, ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo las afecciones inflamatorias tempranas pueden sentar las bases para problemas futuros. Con el continuo esfuerzo de médicos y científicos para desentrañar estos procesos, se mantiene la esperanza de poder reducir la prevalencia de estas condiciones que afectan a tantos niños en todo el mundo.