En Canarias, el servicio de conexión ADSL está a punto de convertirse en un recuerdo del pasado. Con la clausura programada de las centrales de cobre —vitales para este tipo de conexión—, más de 100,000 isleños enfrentarán el desafío de permanecer en línea. Este cambio afectará especialmente a 26,000 hogares, predominantemente en áreas rurales donde la infraestructura de fibra óptica aún no se ha establecido.
Las 24 centrales de cobre en las islas han sido durante mucho tiempo el pilar de la transmisión de datos digitales a través de ADSL, pero con siete de ellas ya fuera de servicio, las 17 restantes están programadas para cerrar definitivamente este año, siendo una en mayo y el resto en octubre en Canarias. Este es un cambio significativo, dado que el acceso a Internet es crucial para muchas actividades diarias.
Ante esta inminente desaparición del ADSL, Eurona, una compañía especializada en soluciones de conectividad para zonas remotas, ha lanzado el plan «Conéctate 100%» en Canarias. Este plan pretende ofrecer Internet por satélite a las miles de personas que se verán afectadas por este apagón tecnológico, que comenzó oficialmente el pasado 19 de abril con el anuncio por parte de Telefónica y culminará en octubre con el cierre de todas las centrales.
Los usuarios de Canarias con este corte tendrán que buscar soluciones alternativas
El director de empresas y operaciones de Eurona, José Miguel García, ha destacado que la banda ancha vía satélite es una solución viable para estas familias. Además, gracias al Programa UNICO Demanda Rural, una iniciativa del Gobierno de España financiada por fondos europeos y ejecutada por su operador mayorista Hispasat, los usuarios ahora pueden optar por esta alternativa. El gobierno, reconociendo la necesidad de mantener conectados a sus ciudadanos, ha prometido subvencionar estas conexiones hasta el final de 2027, ofreciendo tarifas accesibles de 35 euros mensuales y velocidades de 200 mbps de bajada y 10 mbps de subida.
Esta subvención es parte de un esfuerzo más amplio para garantizar que ninguna familia se quede atrás en la era digital, especialmente aquellas en zonas donde los operadores tradicionales no han instalado fibra óptica. Los usuarios que deseen beneficiarse de este servicio deben contactar a un operador y demostrar que en su área residencial no está disponible el acceso a banda ancha tradicional.
Un aspecto notable de este proceso de subvención que afectará a Canarias es que elimina la competencia entre operadoras. Al estar completamente financiado por el Gobierno, se asegura que todas las operadoras ofrezcan el servicio al mismo precio y con los mismos términos, proporcionando una solución equitativa y accesible para todos.
Sin embargo, el cambio no ha sido completamente fluido. Los operadores de ADSL han enfrentado dificultades para comunicar la necesidad de este cambio a los usuarios. A pesar de los múltiples intentos de comunicación —cartas, facturas, mensajes SMS y llamadas telefónicas—, muchos usuarios no han respondido a los avisos. Telefónica, por ejemplo, ha tenido que recurrir al burofax para asegurar una notificación legal y efectiva de la transición necesaria.
Este tema en Canarias será uno de los puntos centrales en las jornadas organizadas con motivo del Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, que se celebran hoy en el Museo Elder. Este evento, en colaboración con Eurona, Telefónica y Orange, y organizado por la Asociación Canaria de Ingenieros de Telecomunicación junto con la Asociación Canaria de Graduados e Ingenieros Técnicos en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación, subraya la importancia de adaptarse a las nuevas tecnologías y asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a los servicios digitales, independientemente de su ubicación geográfica.
El panorama en Canarias de conectividad en Canarias está experimentando una transformación significativa. Con el apagón del ADSL, el futuro apunta hacia soluciones innovadoras como la conexión satelital, asegurando que incluso en las localidades más remotas, los ciudadanos no queden desconectados de la creciente red global.