En el vasto lienzo del Océano Atlántico, la danza de la naturaleza está en pleno auge. El Centro Nacional de Seguimiento de Huracanes de Estados Unidos (NHC) se encuentra en alerta, supervisando con atención tres ciclones tropicales y dos perturbaciones que podrían convertirse en las próximas estrellas de este espectáculo natural. Los ciclones tropicales, esos sistemas turbulentos que giran alrededor de un centro de baja presión, están en el centro de la atención, siendo clasificados en función de su intensidad como depresiones, tormentas tropicales o huracanes.
Una de las perturbaciones que ha capturado la mirada de los expertos se sitúa al sur de las Canarias, con un 70% de posibilidades de transformarse en un ciclón tropical en las próximas 48 horas. Aunque la ruta proyectada en los mapas para los próximos siete días parece dirigirse hacia el oeste en el amplio Atlántico, lejos de acercarse a las Islas Canarias, es inevitable recordar el caso de la tormenta tropical Hermine que emergió hace casi un año. Hermine, en una sorprendente «anomalía», optó por dirigirse hacia el norte, formándose en una zona cercana a la perturbación actual en Cabo Verde.
El experto David Suárez, delegado de la Aemet en Canarias, explica que es común que las incipientes perturbaciones se originen en la región de Cabo Verde, pero lo excepcional radica en que sigan una ruta directa hacia las Islas Canarias, como lo hizo Hermine. Por lo general, estas perturbaciones se dirigen hacia el oeste o noroeste, a menudo impactando en el Caribe antes que en otras regiones. Sin embargo, el cambio climático está alterando estas pautas. Antes del caso de Hermine, era improbable que se produjeran ciclones con tales trayectorias, pero el cambio climático ha introducido un elemento de incertidumbre en la ecuación meteorológica.
El Océano Atlántico no se queda en reposo en este momento. Entre sus olas y corrientes, el huracán Franklin y la tormenta tropical José se aventuran, sin tocar tierra firme. Además, la tormenta tropical Idalia, que hace poco ostentaba la categoría de huracán, ha suscitado la preocupación del presidente canario, Fernando Clavijo, quien ha mantenido un contacto constante con los canarios en Cuba. A pesar de las primeras estimaciones que señalan efectos menores en comparación con el huracán Ian del año pasado, Clavijo permanece atento a la evolución de Idalia, que ya ha impactado en el noroeste de Florida, Estados Unidos.
En medio de esta danza meteorológica, una segunda perturbación se suma a la ecuación. Cerca de la tormenta tropical José, esta perturbación presenta una menor fuerza que su contraparte al sur de las Canarias, con tan solo un 30% de probabilidad de transformarse en un ciclón en las próximas 48 horas. En este mar de incertidumbre, la naturaleza demuestra su fuerza y misterio, recordándonos que somos espectadores en su vasto teatro.