El suceso ocurrió en el polígono de La Estación, Coslada (Madrid). De pronto, se empiezan a escuchar fuertes gritos de un hombre. A los gritos le siguen golpes de gran fuerza contra una puerta. Los vecinos, todos ellos de la única calle habitada en la zona, la de las Corbeteras, alertados, salen a la calle para comprobar qué ocurre rápidamente.
A los pocos segundos, una mujer cubierta de sangre sale de esa casa y comienza a gritar que su marido había muerto. Según la mujer, ella al sufrir un ataque de tos, su marido, Miguel Ángel (48), le había dado unas palmadas en la espalda. Y al verlo, uno de sus cuatro perros, una hembra de la raza Rottweiler cruzada con Pitbull, se había abalanzado contra él, sin darle opción. Le había destrozado la cara y la cabeza.
La mujer afirma que intentó con todas sus fuerzas separar al animal de su marido y cuando logró encerrarle, salió al exterior para pedir auxilio. En el momento de conocer el suceso, los vecinos intentaron entrar a la vivienda y le ofrecieron llevar a Miguel Ángel al hospital, pero Mar se negó en rotundo. No fue hasta las 14.05 cuando uno de los tres hermanos del fallecido, que se desplazó hasta allí, llamó al 112.
A los pocos minutos, llegaba una UVI-móvil que no pudo hacer nada por salvar la vida de Miguel Ángel. Las graves heridas que le había provocado el animal en la cabeza, le ocasionaron la muerte prácticamente al momento.
Cuando llegaron los sanitarios, el cadáver presentaba cierta rigidez, lo que significaba que se había se ha tardado más de lo habitual en dar la voz de alerta. Y eso es lo que trata de esclarecer ahora la Policía Nacional en estos momentos.