A la pregunta de qué va a hacer Santa Cruz con su Carnaval en la calle si la pandemia lo permite, la respuesta es “lo que nos dejen”. Quien responde es el concejal de Fiestas de Santa Cruz, Alfonso Cabello, que defiende la necesidad de ser optimistas frente a la posibilidad de que en junio se pueda celebrar el Carnaval con bailes en la calle. De ser así, las orquestas canarias serían las protagonistas. “Por supuesto que Santa Cruz se plantea realizar fiesta en la calle si las condiciones sanitarias lo permiten. Tenemos claro que, de poder realizarse, lo que planteamos es un Carnaval muy de raíces, de grupos locales, muy de homenaje a lo que ha sucedido. No me imaginaría una celebración del Carnaval en la que las protagonistas no fueran las orquestas canarias, que hace casi dos años que no trabajan. Y cuando digo orquestas canarias también me refiero a artistas que, sin ser canarios, son históricos participantes del Carnaval de Santa Cruz, cuyos nombres y temas tenemos todos muy cerca del corazón, porque forman parte de la historia de la fiesta”.
Cabello defiende la necesidad de mantener abierta la posibilidad de celebrar el Carnaval en la calle en junio. “Nosotros estamos haciendo un ejercicio de optimismo. En ninguna fase del sistema actual de pandemia se permite el Carnaval de calle, y seguirá siendo así mientras haya un decreto que implica la existencia de una pandemia, y, por tanto, de restricciones. Solo si decayera esa situación, que entiendo que es algo que es competencia exclusiva del Gobierno central, podríamos abordar la organización en la calle”, indica Cabello.
Pero, para eso, Fiestas necesita ser previsora y que esa posible decisión no coja al Ayuntamiento sin tiempo de reacción. “Nosotros nos fijamos como fecha límite para tomar esa decisión el mes de abril, justo después de Semana Santa, porque a partir de ahí ya no habría garantías organizativas para hacer nada con solvencia”, dijo.
En cuanto al anuncio del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria de un fin de semana de fiesta en la calle en verano, si la pandemia lo permite, entiende el edil de Fiestas capitalino que se hizo como respuesta al anuncio previo de Santa Cruz de llevarse el Carnaval a junio. “Lo que le pasa a Las Palmas de Gran Canaria es que la arrastramos nosotros a tomar esa decisión. Una vez que decidimos que el Carnaval se celebraba en el mes de junio, ellos se quedaron un poco descabalgados, porque ellos tienen concursos y galas, y nosotros, al irnos a junio, no solo tendremos concursos y galas, sino la expectativa de algo más. Eso provoca frustración”, manifiesta.
En cuanto a esa expectativa, matiza Cabello que “ni organizativa, ni presupuestariamente hablando, y creo que tampoco se entendería, nos vamos a ir a una fiesta de máximos. Creo que lo que necesitamos es un Carnaval de encuentro, que sea un punto de inflexión en la recuperación, porque si se pudiera hacer algo en la calle sería un hito. La instrucción por parte del alcalde es clara. Hacer todo lo que podamos desde que podamos, pero cuándo podamos”.
Frente a las críticas recibidas sobre que no es el momento de pensar en fiestas, el edil entiende que “es complicado exponer estos planteamientos cuando venimos de un fin de semana con el número de fallecimientos que se han comunicado. Pero o proyectamos a cinco o seis meses vista, o no somos capaces de reaccionar”.
En relación con esto, apunta que “el nivel de incertidumbre que estamos gestionamos se refleja en que el propio presidente del Gobierno de Canarias se empieza a cuestionar incluso la cifra de fallecidos, de cómo se están contabilizando, y eso que son sus datos. Así que imagina el contexto en el que nos movemos el resto de administraciones. Es muy complicado”. “Creo que después de dos años -continúa el edil- va tocando poner en marcha un proceso de desescalada de las restricciones o al menos ir diseñando o fijando fechas para revisar algunas cosas. No parece prudente ni realista que los indicadores para establecer las fases sigan siendo los mismos que los de hace un año, cuando no había vacuna”.
OPTIMISMO
Cabello defiende su postura de apostar por el Carnaval en la calle si la pandemia lo permite. “Me achacan un exceso de optimismo con respecto al Carnaval, pero es que la opción es ser pesimistas, y yo creo que eso no sería bueno para nadie. Al concejal de Fiestas le toca tener un toque de optimismo, pero anclado a la realidad que tenemos en cada momento”, dijo. “El problema es que la realidad nos la van cambiando cada semana, en función de eso es difícil mantener un hilo argumental o comunicación estable. Hemos ido adaptando el plan en función de las reglas que nos van marcando”, añade. Cabello concluye señalando que lo que se vaya a celebrar en la calle “no es un Carnaval de máximos, sino uno que nos permita reencontrarnos”.