“¡Papá, no, por favor! ¡No, papá! ¡No, por favor! ¡No, por favor!”. Este fue el grito de angustia de la hija de Juan Francisco Vargas, padre también del tristemente famoso Yeremi, desaparecido hace 14 años en Gran Canaria, en la madrugada del pasado domingo al lunes. Sobre las 3:30 el llanto de la pequeña, de 13 años, irrumpió de golpe en el silencio de la noche e hizo sobresaltar a los vecinos. Hasta cuatro de ellos, con los que ha podido hablar EL ESPAÑOL, coinciden en que las palabras fueron inequívocas: “¡No, por favor!”. Y que se repitieron varias veces, hasta que luego se escucharon más voces.
Ninguno de estos vecinos quiere dar su nombre porque tienen miedo de quien hasta el momento solo era un desconocido que vivía puerta con puerta con ellos. Ahora, en este edificio de apartamentos del barrio de Guanaterme de la capital isleña, Las Palmas, ya saben que Juan Francisco, el vecino del segundo que fue detenido aquella noche por abusar presuntamente de su hija es también el padre del desaparecido Yeremi.
“Temo por mis hijas. Su balcón da directamente a la habitación de una de ellas y él siempre está sentado ahí”, cuenta una de las vecinas, que llamó a la policía al presenciar la escena en la madrugada del lunes.
“¡Qué le haces a la niña!”
Después de los primeros gritos de la niña, Juan Francisco, según esta vecina, respondió a su hija: “¡Yo estaba dormido! ¡Estaba dormido!”. “La niña seguía llorando, y decía que se quería ir con su madre, a lo que él le respondía, cada vez subiendo más el tono de voz: ‘¿¡Por esta tontería te quieres ir con tu madre!?’”, prosigue la vecina.