El proyecto integral de regeneración de los barrancos de Güímar que maneja la alcaldesa de Güímar, denominado de cumbre a mar, no tiene el visto bueno del Cabildo, necesario para la recalificación del suelo, y por tanto tampoco podrá contar con el permiso del Gobierno de Canarias.
Sin embargo, una parte de ese estudio donde se proyectaba un campo de golf, hoteles, un parque temático y hasta balsas, si podría salir adelante de la autopista hacía la continuación del Puertito de Güímar, en la zona denominada playa de Los Tarajales. En ese terreno, que curiosamente en su mayor parte pertenece a Antonio Plasencia, uno de los condenados en el caso Áridos, el proyecto contempla una urbanización de bungalows y una marina deportiva para yates de lujos, a continuación del Náutico de Güímar.
En su día, la consejera de Planificación Territorial del Cabildo, Pino de León y el propio presidente, Carlos Alonso, vieron con buenos ojos la posibilidad de embellecer esa zona, hoy llena de escombros y de un camping ilegal que funciona durante el verano.
Así se lo trasladaron al vicepresidente entonces del Náutico de Güímar, Carlos Álvarez, a su vez letrado de la acusación particular en el caso Áridos, quien considera que “el desarrollo turístico de Los Tarajales si es posible y no como pretende la alcaldesa, el de los barrancos”, añadiendo que “estamos hablando de una zona de sedimentación del barranco y que sería continuación de Palm-Beach hasta Las Bajas, aunque sería a través de una concesión administrativa de Costas al estar en zona de servidumbre”.
Carmen Luisa Castro
La alcaldesa de Güímar, Carmen Luisa Castro, insiste en que “si cabe el suelo turístico por debajo de la autopista, también debe caber en los hoyos que dejaron las canteras”, mostrándose incrédula ante la posibilidad de que el Cabildo cambie de oponión y permita que Güímar sea un municipio turístico, algo que según ella “se nos ha negado desde el Cabildo, sin razón alguna” .
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