Un debate puente entre los congresos del PP canario y de CC

El Parlamento regional celebra, del martes al jueves, un pleno de balance anual con muchas expectativas, en un escenario movedizo
Román Rodríguez (NC) charla con Fernando Clavijo (CC) ante la perspicaz mirada de Casimiro Curbelo (ASG). Román Rodríguez (NC) charla con Fernando Clavijo (CC) ante la perspicaz mirada de Casimiro Curbelo (ASG). / ANDRÉS GUTiÉRREZ
Román Rodríguez (NC) charla con Fernando Clavijo (CC) ante la perspicaz mirada de Casimiro Curbelo (ASG). / ANDRÉS GUTiÉRREZ

El debate anual de política general del martes al jueves en el Parlamento de Canarias va a ser un puente entre el congreso del PP, que ya ha sido, y el de CC, que lo será el fin de semana. Pero los representantes de ambos partidos acuden a la cita con diferentes estados de ánimo. Mientras Asier Antona llega reforzado, tras su ratificación como presidente regional del Partido Popular, Fernando Clavijo ha inspirado una candidatura forzada a la secretaría general de Coalición por falta de voluntarios y para conjurar el riesgo de confrontación. Como ocurre a menudo en las comunidades de vecinos, al dimisionario José Miguel Barragán no le ha quedado más remedio que seguir. El hambre de poder engorda la crisis de liderazgo y el modelo de organización adolece de anemia ideológica, lo cual se traduce en un Gobierno débil. El jefe del Ejecutivo intenta compensar las bajas defensas con inyecciones de moral. Para ir tirando.

Antona reiteró el sábado su ofrecimiento de mano tendida, que, sin embargo, retiró del fuego. En el recinto ferial de Las Palmas de Gran Canaria (Infecar), el dirigente del PP dio a entender que no hará nada que entrañe el peligro de quemarse. Estas fueron sus palabras: “Otros miran al pasado y tropiezan con el presente. Nosotros trabajamos por construir un futuro mejor. Canarias está cambiando, el presente nos llama y el futuro nos espera”. En sintonía con el mensaje, un tanto ambiguo, que ha venido transmitiendo, Asier Antona repitió que siempre ha estado “abierto” a hablar de los principales problemas de las Islas. Y enseguida matizó: “Estamos permanentemente en las conversaciones. No para entrar en el Gobierno ni repartirnos puestos”. Así se lo ha traslado a Fernando Clavijo y a la socialista Patricia Hernández en reuniones discretas al calor del humo de la hipotética moción de censura. Para el PP, el reto de volver a ganar las elecciones es un “gran desafío”. Antona y su renovado equipo están ahorrando para los próximos comicios autonómicos, previstos para 2019 (salvo que se acelere la tramitación del Estatuto y Clavijo opte por anticipar la disolución de la Cámara). No parece que estén dispuestos a romper la hucha.

Entre los invitados a la ceremonia de proclamación de Antona se encontraba Barragán, que en octubre de 2016 certificó la existencia de “contactos” entre el PSOE y el PP. Ahora, el consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad no descarta una alianza de CC con los populares. El viernes, en la rueda de prensa junto a Guadalupe González Taño, José Miguel Barragán invocó el “espíritu de sacrificio” y apeló a una reflexión, “un parón”, para averiguar las causas de la sangrante pérdida de votos.

En medio de CC y el PP, Román Rodríguez recobra protagonismo. Del dirigente de Nueva Canarias surgió la moción que asaltó el banco azul. Con la abstención del grupo Nacionalista, el Legislativo aprobó una iniciativa, consecuencia de la interpelación al consejero José Manuel Baltar, que incluye un paquete de medidas destinadas a revertir el “deterioro” de la sanidad pública: un programa permanente contra las listas de espera para rebajar un tercio en un año, erradicar la “masificación” de las urgencias, potenciar la atención primaria, estabilizar las plantillas, infraestructuras, transparencia en los conciertos privados y ajustar el presupuesto al gasto real del servicio. El expresidente autonómico y, antes de ocupar el máximo cargo, impulsor del Servicio Canario de la Salud (SCS) hace de esta situación crítica una alegoría de la enfermedad política e institucional, que él achaca a la “irresponsabilidad” de Clavijo al perpetuar la “precariedad” e “incapacidad de responder a las demandas de la Comunidad Autónoma”. Esta argumentación constituye el eje de la intervención del portavoz de NC en el pleno de marras. En la tribuna de oradores culpará a Clavijo, por su “inmadurez”, de la “anomalía democrática” en la que está “instada Canarias”; porque, desde que, en diciembre expulsó al PSOE, “se ha negado a revalidar la mayoría” que lo encombró en julio de 2015.

Román Rodríguez guarda una baza bajo la manga: la participación de NC es clave, decisiva, para los Presupuestos Generales del Estado. Atado el apoyo de CC, en virtud del acuerdo con el PP para la investidura de Mariano Rajoy, garantizado el respaldo de Ciudadanos y bastante avanzadas las negociaciones con el PNV, la Moncloa ha hecho circular instrucciones para mimar a Pedro Quevedo. El diputado se ha visto con el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, en una charla exploratoria que confirmó las expectativas y señaló el camino de la colaboración. Durante la reciente sesión de control se escenificó esa cordialidad. Con motivo de una pregunta de Quevedo sobre la reforma del sistema electoral canario, Rajoy le lanzó guiños a su interlocutor, un gesto que probablemente personifique en Rodríguez. Por cierto, el cuatro congreso de Nueva Canarias será en mayo.

En este análisis previo, quedaba Patricia Hernández. El 7 de marzo, dos meses después de salir del Gobierno, la hoy presidenta del grupo Socialista le plantó cara a Clavijo en un contraste de datos, verdades, mentiras y reproches. Era un aviso.

Tras una deliberada travesía del desierto, Hernández le pasó factura a cuenta de la controversia sanitaria. En la riña relucieron los trapos sucios y rodaron restos de los platos que los compañeros del Consejo se arrojaban a la cabeza, hasta que se desabastecieron los botiquines.

Curada en salud, Patricia Hernández prepara sus credenciales a la secretaría general del PSOE de Canarias, cuando se alivien las heridas federales.

Asier Antona y Patricia Hernández, vidas paralelas

Patricia Hernández (PSOE) y Asier Antona (PP). / SERGIO MÉNDEZ
Patricia Hernández (PSOE) y Asier Antona (PP). / SERGIO MÉNDEZ

La redistribución de la disposición de los grupos parlamentarios tras el salto del PSOE a la oposición, colocó a Patricia Hernández más cerca de Asier Antona que de Fernando Clavijo. En el salón de sesiones, comparten algo más que el espacio físico. Tienen intereses comunes y las miradas se cruzan, siquiera sea por cortesía.

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