El debut de Joseba Etxeberria en el banquillo del CD Tenerife sirvió para lograr la primera victoria blanquiazul en el Heliodoro en 2018. ¿Pero qué ha cambiado para que el Tenerife de Martí no levantase cabeza y el del técnico vasco abusara del Córdoba?
Para empezar, y como premisa fundamental, el rigor defensivo y mantener una presión intensa durante todo el partido. De hecho, Etxeberria dejó patente en la sala de prensa su preocupación por el bajón que tuvo el equipo tras lograr el 1-0. Los jugadores aflojaron la presión, el equipo se desajustó y permitió que el Córdoba empezase a jugar hasta que empató. Incluso tuvo un par de oportunidades para ponerse por delante en el marcador. Lo evitó Dani, quien ayer jugó su partido 120 con la camiseta blanquiazul.
Durante el descanso, el exjugador del Athletic se tuvo que emplear a fondo para corregir todo lo que no le gustó del primer acto. Sus jugadores desarbolaron al conjunto andaluz en la segunda parte.
Otro aspecto clave fue la recuperación de Filip Malbasic. El partido del atacante de Belgrado fue de los mejores que se le recuerdan esta temporada. De hecho, llevaba tres meses sin marcar, y ante el Córdoba marcó y asistió. El último gol del serbio fue el 11 de noviembre de 2017, en el Heliodoro ante la Cultural Leonesa (2-0). Lleva seis goles esta campaña, curiosamente, anotados todos ante la afición blanquiazul.
Otro aspecto fundamental fue la aportación realizadora de Villar y Casadesús, quienes ya están, ambos, con cinco dianas. El balear no era bigoleador desde el 19 de febrero de 2012 (Mallorca-Villarreal, 4-0), mientras que el onubense no anotaba dos goles desde el 19 de marzo de 2017 (Alcorcón-Valladolid, 1-2). Los últimos blanquiazules en lograr un doblete fueron Nino y Alfaro en el año 2009.
Y para completar las estadísticas de un partido redondo, también ese 2009 fue el año de la última vez que el Tenerife ganaba por 5-1. Concretamente, fue el 12 de abril frente al Levante, con José Luis Oltra como técnico.
Varias cuestiones más. El Tenerife que derrotó y abusó del Córdoba empleó un juego combinativo y de velocidad contra el que nada pudo hacer el cuadro blanquiverde. El contragolpe fue el arma que utilizaron los insulares para dar buena cuenta de un rival que tiene medio pie en Segunda B. Además, los jugadores demostraron tener interés, concentración y solidaridad. Sin eso, el sistema de Etxeberria haría aguas.
Y por último, el entrenador vasco colocó a cada jugador en su sitio y los cambios no variaron el esquema de juego. José Luis Martí hacía justamente lo contrario y esa fue una de sus condenas.
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