Fra Angelico

El Museo del Prado añadió recientemente a sus formidables fondos dos tablas del religioso, nacido como Guido di Pietro da Mugello y Fray Giovanni de Fiesole (1390-1455)

El Museo del Prado añadió recientemente a sus formidables fondos dos tablas del religioso, nacido como Guido di Pietro da Mugello y Fray Giovanni de Fiesole (1390-1455) tras profesar en la Orden de Predicadores, que comenzó su brillante carrera como iluminador de misales y libros de horas, dejó excelsos frescos en Florencia, Roma y Orvieto y una admirable producción de pincel, localizada en su mayoría en Italia y con celebradas muestras en las instituciones museísticas más prestigiosas del mundo. Famoso por su piedad y devoción, su perfecto talento, la delicadeza y ternura de sus obras que le dieron un lugar destacado en las semblanzas artísticas de Giorgio Vasari y la notoriedad y prestigio que tuvo en vida y llegaron intactos hasta nuestros días, al punto que Juan Pablo II lo beatificó en 1982. En excelente estado de conservación, la Virgen de la Granada – una tabla de 83 x 59 centímetros – fue adquirida en 1817 por Carlos Miguel Fitz-James Stuart en 1817 y venida ahora a la pinacoteca nacional por su sucesor, Carlos Juan Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, XIX Duque de Alba, por dieciocho millones de euros, precio notablemente inferior a su valor de mercado. Responde canónicamente al estilo del monje toscano que conjugó la sabiduría compositiva de Alberti, con la elegancia del gótico internacional que difundió Gentile da Fabriano y la intención realista de Masaccio; todos estos influjos sometidos a su finura y gracia de intención y al tratamiento del color que dieron mayor intensidad emotiva al asunto. Con túnica roja, al igual que el Niño Jesús, y manto azul, la Virgen porta la simbólica granada con la que juguetea el pequeño; dos ángeles sostienen, a modo de dosel un paño dorado que respalda las figuras en una solución estética poderosa y atractiva que capta inmediatamente la atención del espectador y transmite su radiante intimidad. Junto a esta creación magistral, adquirida en la misma ciudad italiana, se incluyó una predela – la parte inferior sobre la que descansa un retablo – dedicada al Entierro de San Antonio Abad, atribuida también a Fra Angelico, como donación de la casa ducal a los fondos estatales. Estas obras se unen a La Anunciación, un tríptico capital que perteneció al convento de Santo Domingo de Fiésole y fue adquirido por Mario Farnesio para la colección del Duque de Lerma; donado por éste al templo vallisoletano del mismo título pasó luego al madrileño Monasterio de las Descalzas Reales y de allí ingresó en el Prado en 1861.

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