Joaquín Estefanía: “Lo antiguo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”

El periodista y escritor participa en el ciclo Lectura y Digital de Guía de Isora
Joaquín Estefanía, el pasado jueves en Guía de Isora. /Foto de Jesús Mora
Joaquín Estefanía, el pasado jueves en Guía de Isora. /Foto de Jesús Mora

Economista, periodista y escritor, Joaquín Estefanía (Madrid, 1951) es uno de los autores que más ha estudiado y analizado el periodo de crisis de los últimos años. Esta semana ha estado en la Isla, como invitado de la octava edición de los encuentros Lectura y digital de Guía de Isora. El pasado jueves, horas antes de tomar la palabra en la Biblioteca Municipal, para hablar sobre las transformaciones que traído lo digitalización al mundo cultural, Estefanía atendió la llamada de este periódico.

– ¿Cuánto hay de digital hay en su mundo?
“Soy emigrante digital, no nativo, pero irremediablemente lo digital se va apoderando de mi vida a pasos agigantados. Ahora mismo estaba con el Ipad repasando las noticias. Si tuviese que evaluar la parte de digital y analógica que tiene mi vida yo diría que un 70 a 30 por ciento. En las redes sociales también soy muy activo. Lo he ido interiorizando como una necesidad para el intercambio de ideas e información, que es al fin y al cabo es a lo que dedico mi vida profesional”.

– Y como escritor y generador de contenidos, ¿le preocupa ese avance de la digitalización cultural?
“No me siento con mucha capacidad para hablar de esto, ya que de lo yo vivo es del periodismo. Los libros son algo secundario. Como lector sí reconozco que los sigo leyendo en papel. Y me da la sensación de que, con mi edad, ya es difícil que la fuerza de lo digital penetre mucho más. Pero quién sabe”.

– En su último libro, Estos años bárbaros, ofrece un análisis del presente y futuro bastante inquietante. ¿Este panorama es aún reversible?
“Es un libro que completa otro que publiqué hace un tiempo, titulado Economía del miedo, sobre la Gran Recesión que surgió en todo el planeta y que, sobre todo, ha afectado a la Europa del sur. El mundo va hacia una nueva normalidad que nada tiene que ver con la de principios de siglo, pero las consecuencias estructurales que ha dejado aquí son muy inquietantes: sociedades más precarizadas, menos protegidas, más desconfiadas, menos democráticas. Tardaremos mucho tiempo en recuperar parte de esa calidad democrática que teníamos antes. Se ha perdido una década con los problemas económicos y se va perder otra década en definir esta transición en donde lo antiguo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”.

– Hay quien opina que esto, más que una crisis, es una estafa.
“En la parte económica, desde luego que sí. Todo los indicadores hablan de una restructuración a la inversa de la renta, la riqueza y el poder como no se había producido nunca antes”.

– Frente a esta realidad, ¿qué papel que están jugando los medios de comunicación?
“Los medios han sido una de las industrias más afectadas por esta crisis. Eso, unido a la revolución que ha supuesto la llegada de las nuevas tecnologías, ha transformado manifiestamente su naturaleza. Los tradicionales han perdido el monopolio de intermediación con la ciudadanía y ahora tienen que competir con otros muchos e incluso con las redes sociales. Hoy leía que un medio nacional acaba de anunciar un ERE brutal, con más 200 despidos. Está claro que los medios han perdido toda independencia”.

– ¿Cómo valora el protagonismo que actualmente tiene la política en la televisión?
“Hay una parte muy positiva en lo que está ocurriendo. Al haber proliferado este tipo de programas, los que asisten tienen que especializarse y profundizar en lo que tienen que decir. Veremos, pues, expertos, intelectuales y analistas en general intelectualmente más solventes. Lo que pasa es que esto ha llegado de una manera disruptiva y todavía estamos viviendo en esa confusión donde todo el mundo va a todas partes. Pero las audiencias se van segmentando y van eligiendo qué tipo de periódico, programa o red social prefieren para informarse mejor. El ruido, que es ensordecedor, va a dar lugar a una selección mucho más interesante”.

– ¿Cómo se ve Canarias desde las tribunas de análisis nacionales?
“Está perfectamente integrada en nuestras vidas. No hacemos consideraciones específicas sobre Canarias ni sobre ninguna otra comunidad autónoma, a no ser de que hablemos de los problemas de cada una. Y en el caso de las islas la preocupación sería sus niveles de desempleo, que siempre están por encima de la media nacional”.

– ¿Se atrevería a pronosticar qué va a ocurrir con la formación de gobierno en España?
“Los periodistas y los economistas somos los que más equivocamos en ese terreno. Pero parece que no cabe otra que la repetición de elecciones. Aunque, al mismo tiempo, tenemos el precedente de lo que ocurrió en Cataluña, que se llegó a un acuerdo el último día y a última hora. Personalmente no veo esta última opción; todo me parece un fregado”.

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