Malú: un vozarrón en Güímar

Tres mil personas disfrutaron de dos horas largas de concierto, tras una larga espera por la final de la Champions que hizo de telonera

 

Se hizo de rogar, pero casi todos eran conscientes de los teloneros podían ir para largo, y tanto que la final de la Champions se decidió en los penaltis, penaltis que al igual que la segunda parte de la prórroga se perdieron los tres mil espectadores que acudieron al estadio de Tasagaya de Güímar no a ver fútbol, que también, sino a ser testigo de un conciertazo, de un huracán de voz llamado Malú.

Fueron las jóvenes fans de la cantante madrileña, con corazones rojos, los que situadas en primera fila desde que se abrieron las puertas a las siete de la tarde las que, cuando el reloj alcanzaba las diez de la noche las que ya no aguantaban tanto peloteo en lejano estadio de San Siro y Malú apareció en el escenario envuelta una capa roja sobre un ajustado mono negro. “No se preocupen, les mantendremos informados del resultado”, dijo la madrileña de novio colchonero, para aquellos desconsolados, los menos la verdad, que hubiera preferido esperar un poco más para ver el desenlace de la final.

Ni siquiera cuando se supo del triunfo del Real hubo una manifestación de jolgorio o de lamento, todos estaban ya entregado al vozarrón de Malú bajo un escenario espectacular de luz (siete pantallas) y sonido, con una banda de solo siete músicos que hizo un directo espectacular

La cantante madrileña entusiasmó a sus seguidores, mayoritariamente adolescentes, que acompañaban cada una de sus letras, tanto las de su último álbum que da nombre a su gira, Caos, como los temas que le llevaron al estrellato y que dejó para el final, cuando se acercaba la media noche, con un regalo de cinco canciones más ante un público entregado ante la evidencia de estar viviendo un concierto con letras mayúsculas.

Güímar, esta vez, sí tiene algo de que presumir.

TE PUEDE INTERESAR