‘Los Héroes’ del chileno Francisco Rodríguez se muestran en Leyendecker

Galería Leyendecker, en la capital tinerfeña, inaugura este viernes, a partir de las 19.00 horas, Los Héroes, una propuesta expositiva del artista chileno Francisco Rodríguez, todo un habitual ya en el espacio para el arte ubicado en el número 86 de la Rambla de Santa Cruz, que dirigen Ángel Luis de la Cruz y Lele Colomer.

Nacido en Santiago de Chile en 1989, Francisco Rodríguez completó su licenciatura en Bellas Artes con un posgrado en Pintura en la Universidad de Chile en 2013. Un año más tarde se muda a Londres para continuar con sus estudios. En 2015 recibió una beca del Gobierno chileno para estudiar una maestría en pintura en la Slade School of Fine Art (UCL) del Reino Unido, donde se graduó en 2018.

CAMINAR, PENSAR

Su trabajo se ha mostrado en varias exposiciones individuales y colectivas en Europa y América, tanto en galerías como en museos. También formó parte de Bloomberg New Contemporaries 2018. “Mis pinturas provienen de una sensación -explica el artista- que tiene que ver con el caminar en una ciudad; pienso en mis trabajos cuando camino, reflexionando mi obra a medida que voy caminando”.

Para Francisco Rodríguez, el pintar no es solo una manera de ver o pensar, sino, algo aún más radical, una manera de ser visto pensando y viendo en voz alta.

El esfuerzo requiere, por supuesto, la construcción de una imagen elocuente o archivo narrativo. Ese archivo convincente, o imaginario, constituye la fuente de lo que hemos llegado a llamar la visión creativa del artista. En el caso de Rodríguez, su imaginación se aferra a la mente como lanas pesadas o el aire húmedo de invierno. Consiste en figuras firmemente delineadas que pueblan paisajes oscuros o de tonos grises: hombres en sombras, jaurías de perros con ojos rojos y cuervos que ocupan el espacio central de un lienzo.

EMOCIÓN, RECUERDO

Las obras del creador chileno no intercambian historias convencionales ni pretenden retratar paisajes realistas, más allá de anotar libremente algunos elementos reconocibles. En cambio, sus lienzos evocan atmósferas que proponen preguntas, en lugar de respuestas; enigmas, en lugar de significados directos. Como un sueño extraño, una gran canción o un recuerdo borroso, las imágenes de Francisco Rodríguez describen estados internos de conciencia, que se recuerdan menos como hechos que como emociones.