Soria, a Harvard

Soria se va a Harvard a seguir un curso y luego Dios dirá. Tiene ofertas millonarias de millonarias multinacionales. Empezará a vivir, después de la injusticia que cometieron con él

Soria se va a Harvard a seguir un curso y luego Dios dirá. Tiene ofertas millonarias de millonarias multinacionales. Empezará a vivir, después de la injusticia que cometieron con él. El otro día se celebró una cena en la casa de Luis de Guindos, una cena de despedida de sus amigos del Gabinete, entre ellos el propio Rajoy y José Manuel García Margallo. Había más gente, muy seleccionada. A Soria le llueven las ofertas, pero él prefiere Harvard, para seguir un curso muy caro. Tres meses. Como un máster intensivo. Luego no se incorporará a su puesto de técnico comercial del Estado, que es como ser abogado del Estado, pero en versión económica. Una oposición muy dura. Se irá a trabajar al extranjero, con un sueldo millonario que se ha ganado justamente. Quisieron acabar con él, sólo por un error estratégico a la hora de explicar lo que se hubiera arreglado con un “es verdad, ¿y qué?”. Prefirió dar explicaciones sobre una cuenta inactiva en Jersey y cayó en la trampa que le tendieron Soraya y Montoro, sus enemigos irreconciliables en el Gobierno. Hay mucha mala leche en el PP, quizá demasiada. Pero todos caerán, tarde o temprano. Dios castiga sin piedra ni palo. En fin, que me alegro de la decisión de Soria, aunque a él no le importe que me alegre o me entristezca con sus cosas. Le tengo aprecio a su familia y le deseo lo mejor, en una nueva etapa de su vida. Lo hará bien donde quiera que vaya. Y la vida sigue, vaya que si sigue cuando el 26J nos jugamos -otra vez, Dios mío- nuestro futuro como país.

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