Zapatos de maga

Si ustedes, desocupados lectores, por un casual, se pasan en estas fechas por un centro comercial o asisten a un duelo, observen cuántas mujeres, viejas y jóvenes, transitan por los alrededores luciendo unos zapatos de plataforma, con tiras doradas o plateadas. Es la moda. Son los nuevos zapatos de maga. Horrorosos, dejando ver unos ñames aún más horrendos y unos calcañales necesitados de varios pases del cilindro del Doctor Scholl, experto en el cuidado de las patas de la humanidad. También están de moda trajes ceñidos a rayas blancas y azules, o blancas y negras, horizontales, para ellas, claro, igualmente horrorosos, porque se traslucen las bragas, o se marcan, y destilan falsas esperanzas. El zapato feo histórico por antonomasia, antiestético, lo usa la alcaldesa de Jerez, miembra de la izquierda sin gusto, que dejó, en su toma de posesión, que se le dispararan los dedos chicos de sus pies, cuales intermitentes rígidos de aquel viejo Peugeot. En fin, que se está perdiendo el gusto a pasos agigantados. Tenía razón el actor Arturo Fernández cuando dijo que a los actos multitudinarios en España -a las manifestaciones, para ser más exactos- acudía gente muy fea; como la vieja Bardem, un horror. Lo de la vieja Bardem lo he añadido yo. Entre la vieja Bardem y la vieja Carmena, yo me quedo con la mujer de Trump, la plagiadora. Vaya hembrón la señora. En fin, que este no va a ser un verano muy afortunado en lo que a la moda se refiere, por culpa de los zapatos de tiras y de los trajes rayados. Y es lo que les quería contar, hoy domingo, fecha en la que seguimos sin Gobierno.