Consejos psiquiátricos

Siete mil millones de seres humanos, siete mil millones de definiciones distintas de la palabra “felicidad”

Siete mil millones de seres humanos, siete mil millones de definiciones distintas de la palabra “felicidad”. Y tras cada proceso de coaching el mismo objetivo final: ser un poquito más feliz, se entienda como se entienda el concepto. Robert Waldinger, de la Universidad de Harvard, se atreve a proporcionarnos tres consejos psiquiátricos para que la felicidad no sea, como cantaba el gran Roque Narvaja, “ese espejismo que no se escapa”:

1. Mimar los vínculos interpersonales con las personas más íntimas de nuestro círculo social. Waldinger lo tiene claro: no sólo viven más quienes hacen esto sino que muestran un mayor grado de salud mental. La cercanía con nuestros familiares y amigos, por cierto, tiene un potente componente antropológico porque en nuestros genes está grabado que permaneciendo en la tribu encontraremos el apoyo y el calor que necesitamos para sobrevivir. El mecanismo psíquico es el mismo tanto si funcionamos en la jungla africana como en la jungla de asfalto.

2. Evitar las relaciones tóxicas. Waldinger entiende por tal aquellas que nos causan un desasosiego continuo por el alto grado de dependencia que estas personas tienen de nosotros, por su influencia emocional negativa o por sus exigencias a cambio de nada. Si por el motivo que sea no nos es posible mantenernos alejados de este tipo de personas, es recomendable un proceso de coaching para poder lidiar con la situación de forma eficiente.

3. La clave es, por lo visto, la empatía. Hay tres posturas ante el otro: la antipática, que nos coloca en las antípodas de su estado emocional (por ejemplo, yo me alegro porque el otro esté triste, o viceversa); la simpatía, que hace que me contagie de la emoción de mi interlocutor; y la empatía, que me permite entender qué siente pero sin que ello haga que yo cambie mi propio estado de ánimo, ya que sólo de esa forma podré convertirme en un apoyo adecuado que le permita comprender su situación.

Waldinger ha hecho este estudio cotejando datos que se han venido recopilando desde 1938 a medida que se han ido analizado las conductas de grupos de voluntarios que cada dos años se han sometido a cuestionarios sobre sus hábitos.

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