El 13 de diciembre de 2014 entraba en vigor el Reglamento Europeo 1169/2011 de Información facilitada al consumidor, que obliga a declarar los alérgenos presentes en los alimentos. Esto atañe no solo a la alimentación envasada, también a la no envasada, que ofrecen tanto los restaurantes como los hoteles, caterings, empresas de comidas preparadas, etc.
Dicho reglamento establece un listado formado por un total de 14 alérgenos: cereales que contienen gluten, crustáceos, huevos, pescado, cacahuetes, soja, leche, frutos con cáscara (almendras, avellanas, nueces, etc.); apio, mostaza, sésamo, sulfitos y moluscos y altramuces. Todos los establecimientos deben disponer, por tanto, de una declaración de alérgenos responsable, coherente y actualizada, a disposición del consumidor de manera directa, accesible y legible. El objetivo de esta nueva normativa es minimizar el impacto de una de las actuales lacras de la salud pública mundial, como son las alergias alimentarias. En Canarias, según datos de la Consejería de Sanidad y de las asociaciones de afectados, en torno al 5% de los adultos (unas 105.000 personas) presentan alguna alergia de este tipo.
Por este motivo, entidades como la asociación de alérgicos Adaaec y Sanpani -entidad tinerfeña formada por investigadores universitarios expertos en calidad y seguridad alimentaria- reclaman más visibilidad de estas patologías y protocolos sanitarios específicos. Y es que, según exponen los expertos, “la alergia al huevo, a la leche y a la fruta son las más comunes en los niños, mientras que las más recurrentes en los adultos son al pescado, al marisco y a los frutos secos”.
[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]El coste sanitario de un menor alérgico puede llegar a triplicar el de un paciente normal
La alergia alimentaria afecta de manera significativa a la calidad de vida de los enfermos, principalmente de los niños. Sus síntomas más frecuentes son las reacciones cutáneas, inflamación de tejidos, trastornos digestivos, broncoespasmos, etc. También puede existir una reacción muy grave, que en muchos casos ocasiona la muerte, que se denomina anafilaxis. Especial cuidado requieren los individuos asmáticos, cuya prevalencia en Canarias es muy alta. “La alergia a alimentos triplica el gasto sanitario en pacientes pediátricos, ya que son motivo de consulta en el 14% de los casos en menores de 14 años”, exponen desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica, donde insisten en que “en España el coste sanitario de un paciente alérgico a alimentos asciende a cerca de 1.300 euros anuales”. En Canarias, en torno al 8% de los niños menores de tres años (cerca de 25.000, según datos del Istac) presentan alguna alergia de este tipo.[/su_note]