We will rock you, prometía Freddie Mercury. Le acompañaba su grupo marcando el ritmo. El público le seguía con las palmas. Era rock. Eran estrellas de rock. Dios salve a la reina, una reconocida banda de Rosario (Argentina) que hace los mejores tributos a Queen, asegura que ellos no son exactamente estrellas de rock. Habrá que verlos sobre el escenario acompañados de la nostalgia, la calidad de sus interpretaciones, el sonido de su música, las luces, el vestuario, el público entregado, siguiendo el ritmo como antaño. La oportunidad no está muy lejos. Su próxima cita con Tenerife será este sábado a las 21.00 horas en el pabellón Santiago Martín de La Laguna y llegan en el marco del Festival Mar Abierto con su nuevo espectáculo Queen Forever.
Dios salve a la reina lleva la humildad como bandera, aunque lo cierto es que se les considera de los mejores imitadores de Queen del mundo. Hasta la revista Rolling Stone dijo de ellos en 2012 que “son el mejor tributo de todos los tiempos”. Y Pablo Padin, su cantante, el mejor Freddie Mercury después de Freddie Mercury. Y eso es ya decir bastante.
Para contar su historia habría que remontarse a una tarde cualquiera de 1998 cuando cuatro amigos, fans de la banda británica, comenzaron a ensayar algunas canciones. “Primero intentamos ubicar un concierto en algún bar o espacio pequeño en nuestra ciudad natal, Rosario. Después comenzaron los teatros y en 2003 ganamos un concurso cuyo premio era tocar en Inglaterra”, comenta Padin para DIARIO DE AVISOS. Ese concierto fue un hito en su carrera y la puerta que les abrió la posibilidad de tocar en el resto del mundo. Han llevado sus espectáculos a Escocia, Suiza, Rusia, Australia, Portugal, España; a Tenerife tres veces con la de este sábado. Son un éxito en todas partes. “Cuando decidimos tocar juntos no sabíamos a dónde ibamos a parar”, añade el bajista Ezequiel Tibaldo. “Tocábamos en los bares y la gente se entusiasmaba. Entonces Pablo empezó a dejarse el bigote, eso hizo que se pareciera más a Mercury, entonces la gente flasheó. El resto fuimos poco a poco vistiéndonos acorde a nuestro personaje. Empezamos a lookearnos”, agregó el rosarino Tibaldo que hace las veces del bajista John Deacon, de Leicester. Se ve que la gente quería eso. “No solo querían la música, también querían la imagen, el montaje, la escenografía”. Y eso fue justamente lo que hicieron. “Cuando los productores arriesgan y quieren hacerlo a lo grande, queda muy bueno. Salvando las distancias, se pone bastante parecido”, apunta Padin.
El espectáculo que presentarán este sábado en La Laguna llega cargado de las canciones más conocidas de la banda británica, pero también de otras que no lo son tanto “y algún tema que otro de la carrera solista de Freddie Mercury”. El show que ofrecerán vendrá a ser un resumen de la carrera de Queen. Prometen muchos cambios de vestuario y de escenografía. Hasta ahora, unos 5.000 tinerfeños serán testigos de semejante hazaña.
Son Queen sobre el escenario, pero al bajar vuelven a la realidad y a su vida. “Dentro del mundo de los imitadores hay de todo. Hay gente que se mete en el personaje y le cuesta mucho salir. Creo que una de las claves de que sigamos trabajando juntos es que, precisamente, sabemos aparcar el personaje sobre el escenario”, argumenta el bajista. No se olvida de la complicidad y amistad que guardan los cuatro. Pablo, Ezequiel, Matías Albornoz (batería) y Francisco Calgaro (guitarrista) son como “un matrimonio feliz de cuatro”. Dios salve a la reina es un matrimonio, por tanto, dedicado íntegramente a la música. “Somos fundamentalmente músicos, no actores. Esto que hacemos puede llegar a parecer una comedia musical visto desde fuera. Pero no, somos músicos de base e interpretamos a Queen”, se sincera Ezequiel.
Son el respeto por el legado de una de las bandas más importantes de la música rock del mundo. Esta podría ser una forma para definir el trabajo que realizan estos cuatro amigos de Rosario que un día decidieron ensayar canciones de Queen, llevarlas a un bar, dejarse bigote, crear una escenografía, apuntarse a un concurso y tomar tantos vuelos de ida y vuelta. Ellos saben muy bien eso de que el show debe continuar. The show must go on.
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