Luis Serra: “Hemos conseguido promover la dieta mediterránea con una base científica sólida”

Lluis Serra Majem es catedrático de Medicina Preventiva y uno de los mayores defensores, desde la perspectiva científica, de la dieta mediterránea. Es autor de 800 publicaciones.
Luis Serra Majem
Luis Serra Majem
El catedrático de Medicina Preventiva Luis Serra Majem. / FOTO CEDIDA POR JONÁS OLIVA

Un texto de Dolores Hernández

Lluis Serra Majem es catedrático de Medicina Preventiva y uno de los mayores defensores, desde la perspectiva científica, de la dieta mediterránea. Es autor de 800 publicaciones. Una compilación de sus líneas de investigación: estudios epidemiológicos transversales y caso control, nutrición comunitaria, epidemiología nutricional, dieta mediterránea, evaluación del estado nutricional y encuestas alimentarias.

-¿Cuál es su contribución a la medicina?

“Yo si tuviera que destacar modestamente cuál ha sido mi contribución a la medicina o a la investigación en general, quizás sería el desarrollo de esta ciencia que se llama nutrición y salud pública o nutrición comunitaria. Eso no es solo en nuestro país sino a nivel global, desarrollando el papel preventivo de la nutrición, y su potencial en la promoción de la salud. Dentro de esta misma área, destacar de forma pionera mis iniciativas para fomentar la promoción de la dieta mediterránea como modelo alimentario ideal para justamente la prevención, para la medicina, para la salud pública. Esto yo lo he hecho con un convencimiento global de que se podía mejorar la salud de la población y mis iniciativas han ido siempre orientadas desde lo local a lo global y viceversa”.

-¿Por qué ese empeño de divulgar en el ámbito más cercano?

“A muchos investigadores españoles, por ejemplo, les interesa más la repercusión de sus investigaciones en Estados Unidos que en los hogares españoles. Realmente es un error hablar de números y queda poco estético que uno exponga sus cifras, pero con 415 artículos en revistas científicas internacionales indexadas, citados cerca de 20.000 veces soy probablemente el investigador canario con mayor producción científica y mayor proyección de la misma a nivel global. No quisiera que se malinterpretara el hecho de exponer aquí estas cifras que para mí no tienen un mayor significado que eso: cifras. Y esas cifras en nuestro contexto geográfico y socioeconómico tienen el doble o triple de mérito que en Barcelona, Madrid o Valencia. Tampoco pretendo que nadie me reconozca eso, pero sí que indica un enorme trabajo y una gran constancia; mucha gente en la universidad pública se relaja y hace lo mínimo indispensable; otros muchos hacemos lo máximo que podemos, a fuerza siempre de sacrificar otras cosas: ocio, familia, descanso…”.

– Como facultativo especialista, tanto en la Facultad de Medicina del Hospital Clínic de la Universidad de Barcelona (1988-1995) como en el Servicio de Medicina Preventiva del Complejo Hospitalario Universitario Materno Insular de Gran Canaria (1997-2016), emítanos un diagnóstico de la Sanidad pública española.

“Es difícil hacer un diagnóstico de la sanidad pública española, pero lo primero que tenemos que decir es que es una de las mejores sanidades que existen en el mundo. Nuestro sistema educativo superior puede tener sus lagunas, su debilidades frente a otros modelos educativos, pero la sanidad pública española es muy superior, por ejemplo, a la sanidad pública americana y por tanto lo que refleja es una prioridad de las administraciones de facilitar una sanidad pública de calidad, con las inversiones pertinentes. Los mejores médicos españoles de distintas especialidades en España y fuera de ella se han formado en la sanidad pública española, y de algún modo representa un ejemplo a seguir por parte de muchos países”.

-¿Cuáles son nuestros principales problemas?

“La sanidad tal y como está concebida es cara, la financiación es casi exclusivamente pública, y ello implica, por tanto, que en momentos de crisis, de contención del gasto público como está sucediendo en la actualidad, se note una huella importante, una repercusión en la calidad de la sanidad pública española; se producen largas listas de espera, se producen problemas de financiación y se recortan algunas prestaciones; y todo ello está mermando nuestra sanidad, modelo ejemplar a nivel mundial. Por otro lado, existen muchos problemas de elevada repercusión sanitaria como, por ejemplo, la obesidad cuyo abordaje dentro del sistema está muy mal resuelto, pues a falta de incorporar por ejemplo dietistas-nutricionistas y graduados en actividad física, se trata de problemas cuya solución supera el ámbito sanitario y trasciende a otras áreas como la agricultura, la educación y las políticas fiscales”.

– Lluis Serra Majem ha actuado como Investigador principal en 21 proyectos de I+D y ha participado en otros tres, tanto en el ámbito nacional como internacional; con la intervención de un número significativo de investigadores y de entidades. Además de su reconocimiento científico, ¿cuál es el protocolo de actuación para la puesta en marcha de proyectos de tal magnitud y que, además, sean financiados por instituciones como la Comisión Europea?

“Realmente el reconocimiento científico de participar en proyectos de investigación y sobre todo a nivel europeo no ha existido como tal en España hasta hace muy poco; y posiblemente somos uno de los grupos de investigación españoles que en más proyectos ha participado, por lo menos en el área de la nutrición y la salud pública; creo recordar que han sido 12 en total. Lo más importante es tener un grupo de trabajo competente, competitivo, que pueda hablar de tú a tú con otros organismos internacionales a nivel europeo, y por otro lado también es muy importante la seriedad, el cumplir con unas normativas muy rigurosas, unos plazos rígidos, el dedicar mucho esfuerzo, el tener muy buenas relaciones a nivel internacional, pero no relaciones personales a secas sino relaciones de trabajo. Todo ello hace que en Europa se te reconozca y se te identifique como una persona clave o un grupo clave dentro de estas áreas de investigación en torno a la nutrición y alimentación. Realmente cada vez es más complejo conseguir proyectos de la Comisión europea; nosotros seguimos solicitando proyectos cada año, un mínimo de 4 o 5 y cuando uno trabaja en la preparación de los mismos, se esfuerza, dedica horas de trabajo colaborativo, tiene reuniones preparatorias que le obligan a viajar con la incertidumbre del resultado,… pero al final, tarde o temprano, siempre suele haber una compensación”.

– La dieta mediterránea constituye la línea investigadora por antonomasia de su carrera académica. Un tema al que usted le ha dado una amplia difusión tanto bibliográfica como a través de sus ponencias en foros científicos, en distintos continentes y, en los medios de comunicación. ¿Sus orígenes y su condición de nutricionista explican esta defensa a ultranza de la dieta mediterránea?

“Para mí, la dieta mediterránea no es un modelo que quiera defender a ultranza. La quiero defender solamente hasta donde llegue su evidencia, pero no más allá. En el pasado hemos visto cómo la dieta mediterránea se ha intentado vender desde un punto de vista comercial por parte de los sectores alimentarios implicados; y de algún modo en el exterior se ha percibido este intento de vender los productos de la diete mediter´ánea (aceite de oliva, frutos secos, vino,…) por delante incluso de la ciencia de la dieta mediterránea. Nosotros en estos 30 años hemos conseguido promover la dieta mediterránea pero con una base científica sólida, y construyendo proyectos, investigaciones serias y rigurosas, multidisciplinares y multicéntricas”.

-¿Qué significa esto?

“Esto traducido, por ejemplo en el estudio Predimed, está cambiando la concepción internacional de la dieta mediterránea y en muchos países se considera ya la dieta mediterránea como el modelo alimentario de elección a adoptar. La dieta mediterránea es un modelo, además de muy sano, muy sostenible, muy respetuoso con el medio ambiente; está muy imbricado con nuestra cultura y es un elemento fundamental para el desarrollo económico de un nuestro país. De la dieta mediterránea vivimos los que la consumimos porque vivimos más y mejor, pero también vive el que la produce, e incluso vive de ella el propio paisaje, que es un reflejo de nuestro modelo alimentario. Nosotros promovimos reuniones internacionales con grupos ligados a la antropología alimentaria, acercando la ciencia médica de la dieta mediterránea a la ciencia de la cultura y las relaciones sociales de la dieta mediterránea, siempre buscando la interdisciplinariedad y la transversalidad. En definitiva crecer”.

Puede leer la entrevista completa en Canariascienciasyletras.com

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