Escena de maniquíes

Inmóviles, protagonistas a su pesar de una escena congelada, como maniquíes pero aderezándolo todo argumental y tácticamente con una banda sonora que aparente trascendencia, sensación de movimiento

Inmóviles, protagonistas a su pesar de una escena congelada, como maniquíes pero aderezándolo todo argumental y tácticamente con una banda sonora que aparente trascendencia, sensación de movimiento. Agotado el harlem shake de la voladura del Gobierno, y con el ice bucket challenge del bloque del cambio aparcado en doble fila junto al muro de los lamentos, de aquí al verano la política local se sumará a la moda del mannequin challenge, con los actores principales completamente quietos ante la cámara, eso sí, actuándolo debidamente para que los espectadores perciban algo de dramatismo. Bailar sin mover un pelo. Los partidos están condenados a estarse quietos hasta que se celebre el congreso socialista. Habrá quienes intenten zafarse o escapar del mannequin challenge. Asomarán algunos procurando aparentar maniobrabilidad, capacidad de respuesta, reflejos, liderazgo, empuje o jugadas ganadoras. Ni uno solo podrá saltarse una escena que los prefectos de Sevilla o Madrid han congelado.

Quietos, congelados e inmóviles Fernando Clavijo, Asier Antona, Patricia Hernández o Román Rodríguez. Quietos los dieciocho escaños en los que peligrosamente se apoya un Gobierno al que el resto dorará parlamentariamente a fuego lento. Congelados los aspirantes a consejeros o altos cargos del PP. Inmóviles los dirigentes que estrangulan al socialismo canario. Nada. De aquí al verano no va a pasar nada. Después puede pasar cualquier cosa, incluso que al PP se le pase el arroz porque entre esto o lo otro el desembarco se les acabe retrasando hasta el otoño, y desmerezca porque entrar en el Gobierno a las puertas de 2018 es llegar malamente. Aparentarán que pasan cosas, pero no. La política de las Islas se pone ya mismo en modo mannequin challenge, y así será hasta un verano puede que azul.

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